TU NO CASILLAS

Me gustaba tu estilo sobrio. Tu cara de tristeza después del varapalo del cinco a cero en el Nou Camp denotaba una sinceridad interior y una bonhomía que tu club necesitaba más que nunca. Eras por derecho fiel sucesor de Raúl. Habías recibido como único heredero la grandeza de don Santiago Bernabeu, de don Luis de Carlos, de jugadores como Di Stefano, Pirri, Michel, Butragueño y otros tantos que hicieron grande al Real Madrid. Generoso en la victoria y humilde en la derrota tenía ese club bien ganada fama de señorío allí por donde anduviese. Incluso don Florentino se había granjeado calificativos muy positivos de este pobre escribidor. Pero yo era de los tuyos o de los de Raúl. Miraba con cierta tristeza al madridismo desde mi barcelonismo orgulloso de nuestros chicos y de nuestro futbol. Lo miraba triste porque a poco estaba perdiendo todo aquello que meritoriamente había construido en el campo y fuera de él. Malos modos, detalles feos en los partidos fruto de la inmadurez, de la impotencia y de una mala soberbia poco comprensible. Cuando todo eso sucedía surgía la figura de Iker Casillas para devolver la luz en este túnel negro en que se ha convertido el Real Madrid.

Ayer u hoy como prefieras tu también has caído en la vulgaridad de pagar tu impotencia en el campo contra el arbitro del partido. Tu también Iker Casillas? Tu también Iker Casillas entras en la espiral de generar violencia y más violencia entre dos aficiones que si antes eran antagonistas, ahora son enemigas en los futbolístico y en algo más. Antes de quejarte de ante ayer, de ayer o de hoy tienes que mirarte al espejo y preguntarte si eres el mismo que se cayó por la injusticia del penalty que cometiste contra Villa y que el árbitro, Muñiz se llama, no quiso pitar para no irritar a Mou y al personal. Ah ese fue a tu favor, ya decía yo.

Si ese también es tu discurso ya solo me queda el recuerdo de un Madrid en pretérito que ha entrado en una dinámica poco constructiva y que se aferrará a la derrota para mantener su vicitimismo arbitral, sin analizar más allá de su propio escudo. Vuelve Raúl que ya no queda nadie con señorío en la casa blanca.

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