Catalunya ha dictado sentencia y lo ha hecho en forma de abstención militante. 42% de ciudadanos no han ido a votar. Si le restamos lo que se considera abstención técnica que se sitúa entre el 20 y el 23 por ciento. Queda un 20% de ciudadanos con derecho a voto que ha ejercido el derecho a no votar (les importa un bledo) Con los resultados en las manos hablamos del tercer partido de Catalunya.
A partir de aquí el primer análisis es que Salvador Illa y el PSC ha aglutinado una parte importante del voto de centro, unido a sus postulados socialdemócratas. Puigdemont ha transformado a Junts desde la DUI hasta la flexibilidad de Convergencia de los 80, sin renunciar, pero con paréntesis. Esquerra ha descendido a los infiernos. Como dice Lola García en La Vanguardia necesita una catarsis profunda (me da que solo se salvarán Junqueras y Rovira, parece el nombre de una pastelería). La derecha españolista está en números de Alicia Sánchez Camacho. Si contemplamos a los “con Franco vivíamos mejor” (anteriormente en el PP) 26 diputados es una consolidación entre tanta abstención (la anterior legislatura tenía 20) Comunes (nostalgia del PSUC de antaño) baja en favor del PSC, victimas del voto útil y la CUP se queda de testimonial de una corriente antisistema dentro del independentismo. Anotar la aparición AC en la extrema derecha de Junts (asimilables a los xenófobos convencidos)
Hasta aquí lo que se sabe…las consecuencias: Adiós por el momento a la “independencia”, entierro del “procés” entendido como el 17. Vuelta al pragmatismo del sector económico y empresarial catalán (la burguesía en estado puro) La visita de Sánchez Llibre y la cúpula de Foment (patronal catalana de rango abolengo, sin contar españolistas) a Puigdemont fue toda una declaración de intenciones (23 años en el machito y ahora no, son demasiados vacíos) Los indultos y la amnistía de los “huidos” forman parte del ayer en Catalunya (aunque no se sabe en el resto) La vuelta de Puigdemont no deja de ser una normalidad, dicen las urnas.
El problema que nos dejan el casi 58% de electores está en la configuración de una mayoría que pueda gobernar. Está claro que Illa será president en cualquier caso (se lo ha ganado a pulso) la pregunta es ¿con quién? La lógica seria reeditar el tripartito con ERC y comunes. Pero la catarsis de Esquerra no permite previsiones a corto plazo. Comunes entregados a un gobierno de izquierda. La abstención de ERC y la CUP sería una posibilidad, pero los números no dan. En frente con un no seguro 35+15+11+2 son 58 frente a 48 síes. A partir de esa cifra comienzan las negociaciones que tendrán como escenario Catalunya y el Congreso de los Diputados, donde Puigdemont es imprescindible para la continuidad de la legislatura de Sánchez. ¿Cuál será la moneda de cambio? La amnistía ya se gastó en la investidura. Ahora toca ir más allá…¿el referéndum pactado entre Estado y Generalitat para finales del 27?…Junts contempla el peligro del ascenso de las fuerzas constitucionalistas y una sociedad, 20% de abstención efectiva, más dada al bienestar (en Europa) que al aventurismo político. Los efectos de esa iniciativa en la otra España son hoy incalculables. Empieza un periodo donde la política alcanza su máxima expresión…es como encontrar la fórmula de la cuadratura del círculo o resolver el misterio de la santísima trinidad. Sánchez lo logró tras el 23 J y podría repetir en esta ocasión. Cuenta con un Illa encunbrado como líder, una Esquerra en cuadro de depresión aguda, la fidelidad de “Yolanda-Colau”. Enfrente un Puigdemont (agradecido, es un dato) pero victorioso en su duelo independentista y con ganas de reivindicar el papel de la derecha (política y económica) nacionalista (rebusquen en sus archivos los estatutos de CDC del 77) tanto en Catalunya, como en las Españas. Venderá muy caros los siete de San Jerónimo. Del PP, que ha recuperado las cifras de antaño, se espera un papel plano para no entorpecer el objetivo mayor, que no es otro que esperar la caída (vía Junts) de Sánchez e intentar el asalto a la Moncloa. La pregunta es ¿con quién? Vox en su línea, siendo la voz (sin altavoz) de la nostalgia del régimen anterior. AC, pues eso “salvem Catalunya” desde el “cor” de Ripoll.
Aquella máxima de “la política hace extraños compañeros de cama” como hemos podido comprobar. En esta ocasión está más difícil que nunca…pero nadie puede tirar la primera piedra…dependerá de la ley de la oferta y la demanda.