CRÓNICAS MARCIANAS 90

Buenos días señor presidente.

Este país se acostó anoche (24 de abril de 2024) leyendo su misiva donde nos anunciaba un retiro personal (ejercicios espirituales, se le llamaba en mi tiempo) para analizar los acontecimientos y decidir “si vale la pena” seguir en esto de la política incluido el “jardín de las delicias” que es el Palacio de la Moncloa. Todo porque un “sindicato amarillo” ha presentado una querella sobre el supuesto trato de favor a Globalia en el que aparece el nombre de su señora. Y encima un juzgado de Madrid la ha admitido a trámite. Esta mañana todos los medios de comunicación, audiovisuales, escritos, online han abierto sus informativos y sus portadas con este paréntesis voluntario de su actividad presidencial y las causas de este. A partir de aquí las tertulias y los mentideros de Madrid DF (by Enric Juliana) y en otros lugares de la periferia (antes provincias) el ruido político ha alcanzado los máximos decibelios. En esas estamos a la espera del lunes 29 de abril donde usted y sus circunstancias nos darán el mensaje fruto de su reflexión más íntima.

Hasta aquí la situación. Valga decirle de antemano que estoy convencido de que esta querella se quedará en agua de borrajas y que si usted ha llegado hasta aquí por méritos propios y contra viento y marea no va a caer en el absurdo de cualquier “tráfico de influencia”. Doña Begoña a mi entender está libre de toda culpa y lo que está pasando es un insulto a su inteligencia.

Dicho esto, sí que el clima político es propicio a que sucedan este tipo de hechos. Permítame señor presidente que todo no es culpa de la “malsana oposición” de derechas y extrema derecha, como deja entrever en su misiva. A mi entender situarse en el “yo o el caos” como hizo en su día el general De Gaulle, es propio de un autócrata y no de un demócrata como se proclama usted desde el cielo del poder, frente a esa “fachosfera” que le acosa “injustamente”. Algo de responsabilidad compartida tendrá usted, el señor Bolaños, la señora Montero y su partido, el “sanchismo”, en este clima de enfrentamiento con un belicismo parlamentario que supera aquel “váyase señor presidente” del señor Aznar. Los episodios de corrupción van por barrios…y nadie está exento de tener situaciones oscuras bajo sus propias alfombras…recordarlo aquí sería una pérdida de energía. Los ciudadanos saben de los unos y de los otros. Si quería centrarme en las estrategias seguidas por su gobierno con los medios afines (todos sabemos cuáles son) y la oposición, con los suyos (también sabemos cuáles son) para llegar a este estado de confrontación que impide cualquier acuerdo para “bien” de los ciudadanos (Alemania es un buen ejemplo) Voy a centrarme en dos hechos recientes que indican la responsabilidad de cada uno y cada cual. La aparición en escena de la pareja de la señora Ayuso, acusado y por lo que cuentan los medios (los suyos, señor Sánchez) confeso de haber cometido alguna que otra irregularidad en su relación con la Agencia Tributaria que acarrearía la presunción de un delito penal hizo que usted, desde la tribuna parlamentaria, pidiera al señor Feijoo que hiciera dimitir a la señora Ayuso por “su” presunta responsabilidad en las “fechorías” de su pareja. Recuerda aquel “sea valiente señor Feijoo”. Se trata de la “pareja” (desconozco si de hecho o por las bravas) y no de la señora Ayuso. Quiero darle en su beneficio que si la presidenta de Madrid (comunidad autónoma) era consciente de la “pillería” de su “chico” debería dimitir inmediatamente por responsabilidad institucional. Lo cierto es que cómo están las cosas me huele a “cuernos financieros”. Fíjese señor presidente que este tema (menor o no, lo decidirán los votantes) abrió el telediario de la televisión pública (TVE en su día) hoy televisión del señor Bolaños. Noticia comparable a la guerra en Gaza u otras de máxima importancia. Después de la utilización de medios públicos (pagados con sus y mis impuestos) cómo pretende que haya paz en el entorno político. Cómo pretende que situaciones extremas como la del “supuesto” (insisto sin fundamento objetivo) tráfico de influencias de su señora no aparezca en los medios contrarios y un grupo afín a la “fachosfera” sacuda los cimientos del poder.

Resulta evidente que usted maneja las situaciones como ningún otro político en este país. Siempre dije que un político que hoy dice “Puigdemont al talego” y mañana lo amnistía “por el bien de la convivencia” y no pasa nada (hasta los medios en teoría equidistantes de unos y otros, aplauden con entusiasmo) es el personaje con mayor capacidad de convencimiento que hemos tenido desde el advenimiento de la democracia. Lo hizo cuando convocó para el 23 de julio y lo hizo ayer, sin nocturnidad, pero con la alevosía, con la misiva que es la receta cum laude del victimismo, apelando a algo tan “sagrado” como es la familia. De aquí al lunes, como los culés con Xavi, le pediremos, señor presidente, que siga al frente de este país, aunque como Jesús, en la última cena, convierta la mentira en autos de fe colectiva. El futuro nos deparará si esta táctica de huida hacia adelante fue acertada o errónea.

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