CRÓNICAS MARCIANAS 88

OBEDIENCIA DEBIDA

Hasta ayer a las 15,00 de la tarde viendo la 1 de TVE (telediario) entendía que la “obediencia debida” era solo para los miembros de las fuerzas armadas sujetas al código militar y a los diputados en el sistema electoral español que no tienen profesión reconocida y dependen del líder autocrático para comer los próximos cuatro años tras unas elecciones.

Ya no. Ayer el telediario dio como segundo titular y abrió el informativo con la “impactante” noticia: “La fiscalía acusa al novio de Ayuso de defraudar a la Agencia Tributaria los ejercicios del 21 y el 22”. La guerra de Gaza, la guerra de Ucrania, el ascenso electoral de la extrema derecha en Portugal por ejemplo es menos importante que un ciudadano español, ajeno a la política activa, sea acusado de hacer trampas a hacienda. Primera pregunta: ¿Levante la mano el que no ha intentado hacer trampa a la AEAT? Segunda pregunta: ¿Por qué los juicios a Messi y Shakira (hablo de juicios y no de simples acusaciones) nunca abrieron el TD1 oTD2 de TVE? Y esos, son personajes públicos a los que les condenaron en primera instancia.

Es rigurosamente cierto que quienes han ocupado o hemos ocupado responsabilidades en los informativos de TVE no estamos exentos de culpa en cuestión de haber sido influenciados por el poder a la hora de dar o no dar (en su caso) noticias que puedan perjudicar al gobierno de turno. Ya sea por afinidad ideológica o por amistades peligrosas o por conservar el “carguete” y su remuneración. Elijan ustedes. Las tres me sirven. Quien lo niegue, miente y hay suficientes pruebas en el archivo de TVE o en las hemerotecas.

Ayer, permítanme, se rebasaron los límites de la decencia o de la mínima indecencia. No entiendo que el actual director de informativos, desde mi máximo respeto personal y profesional, que en su día fue mi jefe y del que conozco su trayectoria en TVE desde la cercanía a los postulados del PSC y el PSOE, pero con una conciencia deontológica más que probada en el ejercicio de su cargo a lo largo de los años. Haya tragado con la estratagema del Palacio de la Moncloa para desprestigiar a un cargo público (me da lo mismo que sea Ayuso o Page o el propio Aragonés) a través de una persona privada solo por ser del entorno íntimo del político de turno.

Tampoco (bueno casi que si por su trayectoria de servicio a las causas de la izquierda de este país) entiendo que el sacrosanto Consejo de Informativos de TVE no haya elevado su desacuerdo por la más que obvia manipulación de una noticia de segundo orden colocada a la altura del caso Navalni u otros hechos similares.

Tristeza es lo que trasmite la sumisión de toda una empresa, TVE, a la necesidad de desviar la atención ciudadana de los casos que afectan al poder.

Todo esto tiene un solo calificativo o definición (como prefieran) y es la “obediencia debida” a la autoridad competente, y  “fe ciega” en un dios terrenal, en el caso del Consejo de Informativos de TVE, que todavía creen en el catecismo del Padre Ripalda o del señor Bolaños. Al final la dignidad profesional es como la sombra, según como salga el sol ni la ves, ni la sientes.

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