CRÓNICAS MARCIANAS 68

En el partido de España-Marruecos ser héroe o villano dependió de que el señor Sarabia, en el minuto 120, en vez de dar en el poste hubiera metido la pelota en la red de Bono (no confundir con el expresidente del Congreso) No se lo crean, ser villano o héroe tiene un recorrido mayor. Por ejemplo, ser héroe, es lo que hizo Portugal con el 6 a 1 a Suiza. Ser villano es jugar 120 minutos y dejarlo todo a la suerte de la casualidad, que normalmente suele ser esquiva con quienes no tienen capacidad creativa para cambiarla. La soberbia de “mantenerla y no enmendarla” acaba con los penaltis fallados por nuestros chicos (parecía más un pase al portero que un chut a gol) Hablan de la grandeza del futbol cuando pasa esto (pero siempre después de perder). Pero nadie admite que los errores del “jefe” nos llevó al desastre.

Dejando de lado la desilusión de un país (creíamos que sería la segunda) regresamos al mundo real de la política que afecta a nuestra vida cotidiana y sobre todo a lo que significa llegar a fin de mes. Vivimos con cierta esperanza el final de Pablo Casado, el regreso de Ayuso a sus cuarteles de invierno, la regresión de Vox ante el auge del centro derecha de Feijoo. Pero ahora nos dicen las encuestas, los opinólogos con pedigrí, que el “globo Feijoo” ha pinchado; que el “error” monumental (está por ver) del tocata y fuga de Feijoo a lo del Poder Judicial tiene ya un coste electoral; que las apariciones estelares de un Sánchez a la europea (orgullo patrio) son un bálsamo para la “desfeita” electoral que se preveía (hay que decir que Sánchez está mostrando una capacidad de adaptación a las necesidades electorales, digna de encomio) Todo eso forma parte de quien será “héroe” o “villano”, allá por los albores del invierno del 23. Recuerdo el viraje a la izquierda del PSOE de Sánchez ante el peligro de la “Sumar” de Yolanda Diaz (antes de la salida de tono del amigo Iglesias) y ahora su regreso al “centro” político por aquello de si “suenan repiques de duelo” al paso del Feijoo errático y plano en sus declaraciones o el Feijoo más conservador en un intento de paliar el crecimiento de VOX… No sabemos el coste electoral en la España de los Botejara (desde el Ebro para abajo) del cambio del delito de sedición al “tranquilos que ustedes no han hecho nada”. O de la definición de “malversación” procurando librar al correligionario “Liñán” de la cárcel. Todo en negociaciones separadas que garanticen la legislatura y quizás la siguiente…si el “si es si” no se lleva por delante la credibilidad de Podemos. Por cierto, los morados se han empecinado en apoyar a Cristina Fernández de Kirchner…ellos sabrán o habrán mesurado lo que significa santificar la cultura de la corrupción con un electorado que se presume “impoluto” e intransigente con conductas como la de la expresidenta argentina. Lo último en esta materia la presencia de Yolanda Díaz y Rodríguez Zapatero en una manifestación de apoyo al kirchnerismo todo un despropósito (¿alguien de estos le ha preguntado a un argentino por Cristina Fernández?)

Tenemos un centro político que no sabe si quedarse con la estrella europea, Pedro Sánchez, o renovarle la confianza al Feijoo de los gallegos. Un centro económico que apostó por aquel Feijoo ganador de cuatro elecciones, y tiene dudas si apoyar a este Feijoo de diciembre del 22. Pero que está convencido que la “economía del hogar” será definitorio en las preferencias ciudadanas del diciembre del 23.

Este escribidor no está en posición de hacer apuestas de futuro. No queda claro si al final del Camino (no de Santiago precisamente) la derecha dejará para otro momento la “moderación” en el lenguaje (léase Feijoo) y vuelva su mirada hacia el populismo (de Ayuso) que tan buenos resultados le dio un 4 de mayo en Madrid. Los últimos movimientos de la presidenta Ayuso volviendo con sus ataques al presidente Sánchez dejan entrever que en la “libreta del estratega” (MAR, para más señas) se empieza a escribir con renglones torcidos.

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