EL EMPASTRE
Hace muchos años, El Empastre fue ejemplo del costumbrismo español durante el franquismo y algunos años entrados en la democracia. Un espectáculo cómico-taurino, con una sonora banda de música e implementado con la sección “El bombero torero” donde una corte de “enanos” (muy artistas, eso si) hacía las “delicias” de un público entusiasta en casi todas las fiestas mayores de ciudades y pueblos de importancia. La propia evolución de la cultura y también la edad de los músicos y actores llevó a El Empastre al baúl de los olvidos. Algunos recordarán tardes y noches de risa fácil.
Viene a colación por la similitud de aquel espectáculo “cómico” con el que estamos viendo en la política y especialmente en el entorno de la Villa y Corte. Aunque otros no se quedan atrás y podrían participar con papeles protagonistas…no sé si en el de “Bombero-torero”.
Llevamos desde el 14 de marzo bajo el paraguas de una “Geometría Variable” que todo lo puede…hoy pacto con este, mañana amenazo hacerlo con aquel (que es antagonista ideológico del anterior) y a las malas aplico el plan B que no es otro que darle al PNB todo lo que pida y sea el hilo conductor de esa “geometría” Lo vimos en todas las prórrogas del Estado de Alarma y lo estamos viendo en como se comportan en Moncloa para aprobar unos presupuestos que eviten las elecciones anticipadas.
Desde la cocina de Iván Redondo se lanzan “globos sonda” para ver como está el patio. “Ciudadanos puede ser un buen interlocutor en el tema presupuestos”, Arrimadas se lo cree y saca pecho…Iglesias abre el grifo de las amenazas y del miedo…habla con todos los de la “investidura”, menos el PNB que de esos se encarga el propio Sánchez. Vuelven las aguas a su cauce momentáneamente, porque lo de Catalunya puede dar réditos en votos a la corta. Sánchez no se fía de Puigdemont, que lo ha dejado tirado en toda esta pandemia. Los fieles a aquella Convergencia, incluida la del 3%, son ahora un posible “objeto de deseo”. Los demás…casi el grupo mixto en su totalidad ya están en el saco, siempre que no se pacte con Ciudadanos (maldita derecha) El señor Redondo (hombre que evalúa todas las posibilidades) no se recata en mandar a la señora Montero a decir Urbi et orbi que todos los pactos se contemplan…Ni contigo, ni sin ti. “Inés del alma mía” escribió Zorrilla.
Con este panorama aparece el sumario de la Kitchen y se desmonta cualquier oposición del PP. Como si el señor Casado fuera un líder con capacidad de opositar (vamos a dejarlo ahí) Desde esa perspectiva favorable, Sánchez deja como el Gallo de Morón a los de Ciudadanos a quienes había invitado a ocupar el sillón ideológico del centro como premio a su fidelidad con lo de la geometría variable. Iglesias descansa en Galapagar sabiendo que los números del hemiciclo cuadran y que los presupuestos reflejarán una parte sustancial de lo que Podemos desea colocar (solo una parte, porque al final el amo, siempre será el amo)
Redondo sabe que tendrá que hacer concesiones a la derecha económica (si, esa que empieza a dudar de la derecha política y quiere cambios sustanciales en Génova 13. Qué lejos queda Santiago de Compostela) que con la que está cayendo no va a admitir ciertas alegrías presupuestarias que signifiquen una mayor carga impositiva (al final siempre pagamos los mismos) Por eso desde el PSOE se han apresurado a dar mensajes positivos y de esperanza a los independentistas catalanes. Lo del indulto es una muestra de una voluntad de resolver el problema de la cárcel de los condenados por el “procés”. Ese día domina las portadas de todos los medios, de los de a favor y en contra. El tiempo jurídico (menos seis meses) es un alivio. Pero parece ser que eso no basta ante la batalla electoral en Catalunya (después de la inhabilitación de Torra) y a petición del soberanismo, el gobierno le dice al Rey que no vaya a la entrega de despachos de los nuevos jueces en Barcelona…Ante un Consejo del Poder Judicial conservador ese es un error de cálculo imperdonable en un estratega como Redondo. Nadie podía pensar (Lesmes si) que Lesmes dijera lo que dijo y metiera al Rey en un laberinto y al Gobierno en la tesitura de intervenir en los asuntos del poder judicial y cargarse de un plumazo aquello de la “separación de poderes” en un estado de derecho…Garzón e Iglesias, se vienen arriba y actúan desde la perspectiva de partido, sacudiendo la inoportuna frase de Lesmes, como si fuera un arma arrojadiza contra la monarquía. Todo desde los coches oficiales como miembros del gobierno de Sánchez. La crítica a la monarquía no tarda en ser respondida desde la derecha (se agarran al hueso del error) y desde sectores del socialismo conservador (Felipe González, Lamban, presidente de Aragón. Mientras otros barones se suben la mascarilla hasta los ojos para no verlo) con críticas a la oportunidad y especialmente a poner en el disparadero la institución monárquica (ya estábamos asumiendo lo del rey emérito para ahora sacar el tema a la calle)
Y como dice Sabina, pongamos que hablo de Madrid. Pues en esas está el Gobierno…ha visto la debilidad de la relación del PP con Ciudadanos en la comunidad y han dicho “a por ellos” sin darse cuenta que para Aguado todo pasa por el apoyo de Arrimadas a los presupuestos del PSOE y Podemos, y eso está muy lejos, pero que muy lejos en la agenda de Sánchez. Ahí se esfuma la posibilidad de una moción de censura a Díaz Ayuso, que dicho de otra manera es el eslabón más débil de las figuras políticas de ese PP de Casado y amigos. Van a continuar los ataques frontales para debilitar la posición dominante del pacto PP-Cs (con el visto bueno de VOX) en Madrid (el sumario de la Kitchen es inagotable a estas alturas) Mientras se acrecientan los gestos hacia una Esquerra Republicana de Catalunya, con el fin de situarla en protagonista de las relaciones Gobierno-Catalunya, con clara intención de que ERC consiga réditos electorales en su batalla con Puigdemont. Ese y no otro es el escenario imaginado por Sánchez-Redondo con el fin de asegurar una legislatura donde la “Geometría Variable” varíe en función de los datos dominantes en la ecuación “salud/economía” que es en la que todos se miran.