REFUNDACIÓN
La situación política en este país era tan plácida en el verano de la nueva normalidad que no invitaba a salir a la palestra con una nueva “crónica marciana”.
Sánchez iba saliéndose con la suya sin sustos aparentes, con esa “geometría variable” que tan buenos resultados le ha dado. Las elecciones en el País Vasco y Galicia, lo esperado. El PP dando palos de ciego, hoy soy de centro y mañana de Cayetana. El PNV barriendo para casa. Los soberanistas catalanes a la greña y la burguesía catalana desojando margaritas de amor entre Junts o Pdcat. Puigdemont allá y Mas aquí. Enric Juliana y Fernando Ónega poniendo el acento. Un verano para unas vacaciones sin turistas, sin ingresos, con contagios (Ya lo arreglará Simón) Esperando la batalla política de otoño que se presentaba ciertamente virulenta en un escenario de presupuestos (con o sin Ciudadanos. Eh ahí la cuestión) Una crisis esperada en la “vuelta al cole” (Podemos y la Celaá a ver quien la dice más grande) Normal dentro de la “nueva normalidad” del coronavirus que todo lo estropea.
En esas estamos hasta que el juez García Castellón levanta el secreto de sumario del caso Kitchen. Si el del espionaje a Bárcenas desde el Ministerio del Interior de Fernández Diaz. Y se destapa la “madre de todas las tormentas” que en la política española han sido. El escenario ha cambiado desde ese momento…el coronavirus deja las portadas de los medios escritos y audiovisuales a una “presunta” (seamos cautos) trama de espionaje para robarle a Luis Bárcenas, extesorero del PP, los documentos que, presumiblemente, destapaba la existencia de una caja B en la economía del partido. Todo ello desde el Ministerio del Interior y pagado con fondos reservados de dicho ministerio. En el sumario se implica a responsables políticos, Fernández Diaz, Cospedal y Martínez (Secretario de Estado) cuyas declaraciones, no tienen desperdicio y dejan en muy mal lugar a los dos primeros…pero también se implica a cargos policiales con lo que la gravedad del asunto aumenta al utilizar una institución básica en un Estado de Derecho como es el cuerpo policial. La justicia hará su trabajo y al final veremos el resultado…hay que esperar. Pero las consecuencias políticas no han esperado. La presunción de inocencia es una figura jurídica que no tiene símil en la contienda política.
España se despertó un día con el asunto del GAL, muchos miraron de soslayo a unas praxis delictivas de miembros del entorno de aquel Gobierno del PSOE (algunos fueron condenados) y de responsables de la policía implicados en dichas praxis. También causó una tormenta política y minó la credibilidad de Felipe González. Pero por muy guerra sucia que fue, algunos hasta la justificaban porque había un enemigo común, ETA.
Hoy, por lo que conocemos del caso Kitchen, no hay enemigo externo. Es simplemente intentar obstaculizar que los ciudadanos sepamos la verdad sobre las cuentas de un partido que ha sido gobierno y que es alternativa de poder. Y eso molesta, incluso a los votantes y simpatizantes que suelen perdonar casi todo, pero no el juego sucio desde dentro, utilizando instituciones que nos merecen un respeto y que pagamos todos.
Vamos hacia una comisión de investigación en el Congreso (no podía ser menos) Con un veredicto de culpabilidad (que ya está escrito) Es lo normal en la contienda política del día a día…Pero con un resultado incierto en el futuro del Partido Popular…Hoy el señor Casado hace un órdago a la grande “sentenciando” a quienes la justicia condene por este caso. Intenta por elevación en el discurso sobre “corrupción” salvaguardar las esencias, rotas ahora mismo. Se exime de toda responsabilidad (seguramente es cierto) pero hay una implicación del PP en su conjunto de la que no puede huir.
Alguien le recuerda que es el líder de ese partido con el apoyo imprescindible de las “huestes” de Cospedal, la tercera en discordia y del propio Fernández Diaz. “Eran tiempos pretéritos” pensará don Pablo frente al “espejito mágico”. Pero desayunará cada día con “un poquito más” de Kitchen en su televisor.
El futuro del PP, del propio Pablo Casado, hoy es una incógnita. A tenor de lo que pueda desprenderse de este caso. De una gravedad extrema y de una influencia decisiva en la reordenación de la derecha en España. Cierto es que la oligarquía económica y el propio sistema necesitan una derecha homologable y fuerte como alternativa al PSOE. Por tanto que nadie piense en una traslación de votos del PP a Cs y VOX. No, más bien, espero una refundación de la derecha (No podemos olvidar que el principal partido de las primeras elecciones, la UCD, desapareció después de la victoria de Felipe González en el 82) Además la historia está llena de refundaciones de la derecha en España. Puede parecer exagerado, pero no ausente de fundamento, ante la que se avecina.
Los ojos de más de algunos (que tienen algo que decir) están puestos en los resultados electorales de Galicia. Allí una derecha (homologable, con años de gestión) con un líder sólido ha concitado el favor de los que piensan en centro, en derecha o en extrema derecha…Ciudadanos y VOX no tuvieron representación…lo pillan.