LA GEOMETRÍA VARIABLE
Dice el acerbo popular “que no se puede servir a dios y al diablo” (siempre ha habido agentes dobles, al menos en las películas) Pero en la política española del “coronavirus” esa figura de “dios y diablo” se llama Geometría Variable.
De eso precisamente es de lo que más sabe Pedro Sánchez. La que le llevó a la presidencia vía Moción de Censura…fue la geometría variable de “todos contra Rajoy” con el PNV como elemento decisivo (una vez más. Suma y sigue) La siguiente fue la de la segunda investidura, con los de la primera. Eso si con pagos a corto y medio plazo a la abstención de ERC. El PNV estaba en el “suma y sigue”.
Con estas que llega el coronavirus que trastoca las intenciones políticas e ideológicas del gobierno PSOE-UP y todo se somete a la necesidad de liderar la crisis sanitaria y la posterior crisis económica. Vía la centralidad de las decisiones en un equipo capitaneado por Pedro Sánchez que acaba por real decreto, “Estado de Alarma”, con 40 años de “Estado de las Autonomías” instaurando un régimen autocrático.
Pasados 30 días y 2 prórrogas (casi unánimes) de Estado de Alarma (La voluntad numantina de la política española y el sentido patrio se pone de manifiesto) Da paso a una negociación de los votos para mantener el régimen autocrático que se convierte en un mercadeo del corto plazo, pero con influencias decisivas en el medio y largo plazo. El PNV, instalado en el “Suma y Sigue” tradicional en su relación con el estado, sigue protagonizando el final de ese mercadeo (los fueros, son los fueros) Otros, especialmente ERC, van derivando entre la abstención y el voto negativo según la oferta “Sánchez” del día. Por fin llegamos a la solución “Ciudadanos de Arrimadas” que deriva en un paso a la derecha (bien visto por la empresa privada, con bancos al frente) del PSOE Pero se contradice el mismo día con el pacto (entre las bambalinas del Congreso) con Bildu para la “derogación completa” de la Reforma Laboral del PP y Sánchez (prisionero de esa geometría variable) descoloca a todos. Principalmente al frente económico de su Gobierno, con Calviño que se apresura a calmar a tirios y troyanos. Sobretodo a Europa que no entiende nada.
Un ministro de Franco, Fernández de la Mora, escribió en su día el libro “El crepúsculo de las ideologías” vaticinando como la sociedad del futuro superaría los dogmas de fe en pos del bienestar común. Defendió en su obra una idea que el transcurrir de la historia demostró acertada: la izquierda socialdemócrata se aburguesó a la vez que el pensamiento liberal-conservador se “socializó”
Hoy asistimos a un debate de posibilismos, cuando deberíamos situarnos en el debate ideológico. Porque nuestro futuro inmediato (abril del 2021) necesita resituar las ideologías en un contexto social que nos permita elegir bien el sistema que permitirá salir de la crisis económica que se avecina.
Por encima de eso que debería ser el eje de la política española nos hemos situado en un escenario de crispación donde los dos bloques (derecha e izquierda) las dicen a cuál mayor (permítanme que obvie lo de VOX, porque no me interesa) Por un lado los “Casado boys” (incluimos a Cayetana y Egea) y por otros los “chicos de Sánchez” (donde está Lastra, y por mimetismo a Echenique) Su verborrea, ajena a una sociedad que mira su salud y muy especialmente su cuenta corriente (porque el estado del bienestar está en peligro) se ha convertido en un peligro para la estabilidad democrática.
La “nueva normalidad” sea de Sánchez o del sursum corda debe conllevar ese debate de altura que echamos de menos. No podemos salir del mercadeo en las Cortes con españoles de primera (aunque no les guste ser españoles) y españoles de segunda (los demás) en función de la necesidad de los votos del PNV o de la abstención de ERC. Lo de Ciudadanos es una anécdota en el momento de polarización en que está la sociedad española (entre buenos y malos, según desde la ventana que se mire)
Por qué no nos sosegamos, disfrutamos de lo que tenemos, ponemos el acento en la responsabilidad individual y colectiva para salir del coronavirus con bien (por lo menos sanos) Busquemos el compromiso de cada uno de nosotros para evitar situaciones de riesgo (los hay melones o mal criados). Después ya discutiremos sobre los errores de bulto que ha cometido el señor Sánchez en su autocracia. Lo del turismo es para escribir un libro (no de Ábalos precisamente)
Intenten, si es que pueden o saben, seguir unas pautas lógicas en el debate político (La maestría del PNV es un ejemplo) y verán como poco a poco volveremos a la geometría de la negociación de los temas importantes a medio y largo plazo que realmente influyan en ese estado del bienestar que queremos los españoles de segunda. Los otros ya lo están.