CRÓNICAS MARCIANAS 41

SIN MESA NO HAY LEGISLATURA

Una cita más en este debate de investidura del candidato Sánchez…fuimos de Galdós a Menéndez Pelayo pasando por Machado o Brecht en eso de las citas obligadas para decir aquello que se quiere decir sin que se le atribuya a uno. Me quedo con la mía que no es otra que Cançó de Bressol de Serrat…”por la mañana rocío, al mediodía sudor  y por la tarde los mosquitos…padre no quiero ser labrador”. Discurso programático de Sánchez a eso de las nueve de la mañana…de izquierdas de cara a la galería. Pinceladas de colores en los avances sociales imprescindibles si se gobierna con Podemos sobre un cuadro macroeconómico neoliberal. Lógicas las concesiones a sindicatos y movimientos sociales, cuando se habla de derogar (ya veremos) la reforma laboral o la subida de impuestos a las clases pudientes (una parte sustancial de la clase media también) y un largo etc en un discurso que está muy lejos, pero que muy lejos de la praxis política de lo que han sido los gobiernos socialistas de Felipe González, de Zapatero o estos 18 meses del propio Sánchez. Pero hoy la incursión de Podemos cambia sustancialmente la música de esta partitura de una canción a la portuguesa.

La mañana no dio más de sí. El señor Casado desperdició (a mi entender)su oportunidad de transformarse en el verdadero líder de una derecha moderna y con argumentos sólidos en lo económico y lo político. Sobretodo en lo político, donde se limitó a demostrar la torpeza de una derecha que ha utilizado su poder en los órganos judiciales (léase Junta Electoral) para evitar lo inevitable. Una lástima para el futuro de este país la endeblez de la argumentación y especialmente de la actuación de un Casado (un Casado a lo Álvarez de Toledo) más centrado en Torra que en lo que piensan millones de ciudadanos de esa “España Una”. Incluso la derecha económica (que ni siquiera se muestra extremadamente preocupada ante la deriva social del discurso de Sánchez, escrito por Iglesias) hoy está más preocupada por esa falta de liderazgo social del señor Casado.

Abascal a lo suyo. Coherente con lo que esperan sus votantes y mensaje tremendista y apocalíptico en lo que se refiere a la “sacrosanta unidad nacional”…sin más comentarios.

Mañana anodina y sin sustancia política. El candidato sonreía ante los previsibles ataques de la derecha y la otra derecha más a la derecha permitiéndose chascarrillos populacheros. Nos quedaba la tarde para saborear un verdadero debate en las circunstancias en que se desarrolla el actual de investidura. Y llegó, primero con la señora Borrás del equipo Puigdemont-Torra donde se evidenció la ruptura de la sociedad J&Cat y Esquerra Republicana de Catalunya (preludio del clima electoral que se avecina en Catalunya) Discurso de gran profundidad política poniendo en evidencia las contradicciones de Pedro Sánchez que en la réplica evidenció sus debilidades que no habían aflorado por la mañana. No hubo respuestas a la acusación de Borrás sobre la ambigüedad del “pacto de diálogo” del PSOE y Esquerra que posibilitará la investidura. Luego llegó Rufián y colocó el listón en lo más alto del debate político. Sin dejar una parte de su papel de “Pepito Grillo” cuando llamó “asilvestrada” a la bancada de la derecha y de la más derecha. Su discurso (sobreactuado, va con la persona) tuvo un gran calado defendiendo lo que ha sido la esencia ideológica de ERC en sus 89 años…un camino hacia la independencia basado en el convencimiento de la sociedad catalana, la formada por catalanes de origen y de los llegados de otras tierras no catalanas. El error de la DUI y sus consecuencias deberán asumirlas con la humildad necesaria. Planteó el gran debate a un Sánchez débil en materia de unidad territorial y entregado a esos 13 votos necesarios para seguir en la Moncloa. Primero diálogo de “igual a igual” entre gobiernos (marcando diferencias entre los de primera y los de segunda) Amnistía para los condenados por el 1-O y si esto no ocurre “no hay legislatura”. El señor Sánchez le “agradeció” la voluntad de diálogo y se limitó a defender su posición constitucionalista con la boca pequeña (sin molestar lo más mínimo a sus socios reales) Segunda muestra de debilidad del candidato. Lo que queda en el tintero son las consecuencias para ERC en Catalunya de ese pacto con el PSOE entre la parroquia independentista (no puedo evaluar el coste en votos de esa deriva, a menos que los réditos sean vivibles a corto plazo)

A eso de las siete, llegó el verdadero debate entre un candidato prisionero de su debilidad numérica en el Congreso y una oposición con un discurso claro y sin mayores estridencias que las emanadas de la utilización de una hemeroteca que suele poner de manifiesto aquello que los políticos preferirían olvidar (pero que siempre estará ahí). Arrimadas hizo el papel de Casado en este debate de investidura y sacó los colores de Sánchez con un argumentario basado en los puntos oscuros que muestran los acuerdos con las fuerzas nacionalistas e independentistas (léase aquí PNV-ERC-Bildu) Las diferencias en materia ideológica se quedaron en una anécdota para debatir en la legislatura. Discurso de Arrimadas para esa España que recela de la solución Sánchez al problema catalán y que preocupa, y mucho, entre los barones socialistas con mando en plazas como Extremadura, Castilla La Mancha o Aragón. Si Ciudadanos perdió el favor del Ibex-35 por la “soberbia egoísta de Rivera” ayer Arrimadas recuperó una buena parte del cartel que debe atribuirse a una derecha moderna con vocación centrista para liderar una parte tan sustancial como la de la otra parte de la sociedad española. Ante las referencias a la sociedad del PSOE con Esquerra, el PNV y Bildu. Sánchez se limitó (en el tono jocoso que utiliza un personaje nervioso que no tiene argumentos para contrarrestar al oponente) a sacar a relucir el fracaso electoral de Ciudadanos…Pero no quiso, o no pudo, contestar a las incógnitas que encierra la letra pequeña de los contratos que ha firmado Sánchez para esguir en la Moncloa a partir del 7 de enero.

Iglesias con esa verborrea fácil (uno aprende cuando habla) se limitó a hacer de Almodovar en la ceremonia de los oscars y con su premio “la mesa del Consejo de Ministros” se limitó a agradecer el papel de quienes habían posibilitado este ascenso al olimpo de la política que es gobernar.

Y eso fue todo en el día que Arrimadas hizo de Casado en el Congreso de los Diputados

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