La clave de todo esto está en Esquerra Republicana de Catalunya. En estos tiempos, con el resultado de las europeas en las manos, ERC fluctúa entre roviras y orioles. Un día estamos por el independentismo a lo 17 y al día siguiente amagamos con el realismo más crudo de la aritmética electoral y pactamos con Collboni a modo de “tripartito” a lo

Montilla. Hicieron (ya es historia del modo que avanzan los acontecimientos) a Rull (Junts) presidente del Parlament, con la complicidad de la CUP. Vuelve la ilusión del “procés” de la mano de los huidos (exilados, dicen otros) por la gracia de una España a la altura de la pérfida Albión (léase poder judicial) Hasta la ínclita Pilar Rahola se estremece pensando en un futuro con Puigdemont en el balcón de la Plaza Sant Jaume. Desde el racionalismo más cruel, que no es otra cosa que la realidad de los números, nunca el expresident residente en Waterloo o tal vez más cerca de la frontera a la espera de pasarla con la ley de amnistía bajo el brazo, podrá ganar su elección en un Parlament atomizado…los números no dan. Pero tampoco le dan al candidato vencedor, Salvador Illa, sin los votos de ERC o su abstención, a menos que quiera ser ungido con el apoyo de los “malos” y los “muy malos” Cosa que acabaría con la vida parlamentaria del “jefe Sánchez”, ninguno de los cuatro partidos soberanistas que hoy lo sostienen en la Moncloa, seguiría confiando en él.

No les extrañe que además de los encuentros Bolaños-Rufián, el propio “ministro orquesta” de Sánchez viaje a escondidas (con aviso a el País, la Ser, TVE, Farreras, el diario.es) hasta Ginebra para verse con Rovira y pactar todas las cuestiones que permitan a Illa ser president sin el silencio cómplice del PP y Vox (para salvar el constitucionalismo) Un pacto que le permitiría instrumentalizar su mayoría en el Congreso con alguna que otra concesión a Junts y salvar la legislatura. Lo de Euskadi vía gobierno en común con PNV, traspaso de la caja única de la seguridad social y el tránsito de Bildu hacia el posibilismo (cuatro años de espera) y la socialdemocracia, está más que asegurado.

En el Madrid DF (de Enric Juliana) las esperanzas de la derecha visceral del barrio de Salamanca es que Sánchez caiga por lo “civil” o por lo “judicial”. Su problema es que, en el otro lado de la calle, el liderazgo de uno (Feijoo) no despierta el entusiasmo debido (que difícil es adaptarse a la necesidad de hacer política en Madrid) y la “baronesa de Chamberí” empieza a dar síntomas de debilidad (por un lado su relación con el “confeso” novio y por otro su vinculación al sector menos chic del Ibex 35) En fin, señora Rovira, en sus manos encomienda “su espíritu” la Catalunya de la burguesía doliente de la España invasora o la Catalunya de catalanes con y sin pedigrí, “charnegos” de cuarta y quinta generación. A veces lo natural (gobierno “progresista”) o lo contra natura (nuevas elecciones) tiene un coste incalculable para quien tiene la decisión final y no la acierta…dese un paseo por la orilla del Leman.

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