ALEA IACTA EST
Pocos (o nadie) pensaban, en serio, que Pedro Sánchez iba a pactar un gobierno de coalición con Podemos. Especialmente sabiendo que el 10 de noviembre tendría un buen número de diputados más que el 9 de noviembre y quizás el 11 de noviembre un panorama más halagüeño que el de hoy que se disuelven las Cortes. Las encuestas (ajenas, propias y las del CIS) le dan una victoria significativa, aunque alejado de ese 35% de los votos que Enric Juliana considera idílico. Todos los ítems que maneja el “gurú” Redondo indican un acercamiento paulatino a lo de antes: bipartidismo. Con algunos elementos correctores: Partidos satélites de los dos “tradicionales”. Bajan Ciudadanos, Podemos y VOX y aparece en la izquierda una nueva formación que alterará y mucho el futuro de la política en España. Los Errejón boys, son para el PSOE, lo que el Castilla es para el Real Madrid y eso ha determinado que no hubiera pacto (bueno en parte). Limitadas las representaciones, a PSOE y PP como ejes…a su lado se abren muchas posibilidades…Les voy a contar las naturales: PSOE-Ciudadanos (deseo explícito de la oligarquía) Según sean los resultados de ese 10 de noviembre, el “no es no” de Rivera será un ! Pedroooo…! de Penélope en los Oscars, con o sin Rivera. PSOE-Errejón-PNV y adláteres con la abstención calculada de ERC y Bildu (el único peligro es que no sumen y dependan de un Iglesias herido en su orgullo). Fuera de esas posibilidades solo nos queda el abismo…
Curioso el devenir de los acontecimientos políticos y su influencia en los partidos y las personas. Quién le iba a decir a Pablo Casado después del “doloroso mayo” que hoy se iba a consolidar (provisionalmente) como líder del PP, con su amiga Álvarez de Toledo (si, la que llevó al PP a ser partido testimonial en Catalunya) como martillo de herejes a la Constitución. Ni el más pintado de los politólogos de este país daba un duro por el liderazgo de Casado frente a lo barones que pedían un giro al centro…y miren por donde otra vez cabeza de lista y con una perspectiva de crecimiento a base de la vuelta a la “casa madre” de votantes que en su día marcharon cansados de tanto “chorizo” revoloteando por los alrededores de Génova. Y ¿qué será del Rivera empeñado en salvaguardar la unidad de España, antes que el centro político?…ahora ni se sabe…¿Y de Pablo Iglesias?, que ha pasado del sillón ministerial, con coche oficial a disputarle los votos esenciales para el “pacto de izquierdas” a su “intimo enemigo” Íñigo Errejón…tampoco se sabe. Nos quedan Junqueras, los chicos de Puigdemont (aquí la sentencia tendrá algo que decir) y poco más (VOX cada día más testimonial en la añoranza de algunos) para conocer el panorama más allá del 11 de noviembre.