SER GRANDE NO QUIERE DECIR SER GENIO

Apreciado don José:

Soy un admirador profundo de quien ha conseguido desde la moderación en el lenguaje. Una cierta sinceridad en sus respuestas. Representar a muchas personas que queremos que el futbol se circunscriba a eso, a ser futbol. Si además es una persona que ha implantado una filosofía de trabajo y maneras de hacer en el campo y fuera de él. Todo eso acrecienta la admiración que sentimos por usted don José. Pero no quisiera parar en ese punto mis elogios, que estoy seguro comparten miles de aficionados del Barça y de otros clubs que han entendido que eso es futbol y lo demás otra cosa. El grupo, como gusta definir ahora a un equipo, ha aprendido de usted don José que ser normales en todo tiene su recompensa en el campo. Despejar dudas en su momento sobre quienes tenían malas influencias en los demás y estirpar de cuajo ese mal, fue el principio de lo que hoy estamos viviendo y todo eso se le¡o debemos a usted los aficionados del Barça. Todo ha contribuido a que usted sea un entrenador con mayúsculas. Del mismo modo que hemos reconocido que es usted don José alguien grande. Por esa vía tenemos la autoridad moral de decirle que ser grande no es ser un genio y que los más grandes genios siguieron siempre el manual de instrucciones cuando algo no sabían. Usted don José a veces se olvida de ese manual echa mano de su pretendida genialidad y al final pone en peligro todo lo que nos ha venido explicando. Tengo que decirle que el partido frente al Arsenal lo perdió usted solito aplicando lo contrario de lo que predica. Amargo sabor para quienes durante más de setenta minutos disfrutamos de esa filosofía que usted don José nos ha venido enseñando. Los veinte finales renunciando al ataque como mejor defensa fueron de sufrimiento con resultado de muerte, porque un partido ganado lo convirtió en una eliminatoria en el aire. Por favor léase de vez en cuando el manual de tácticas y estrategias y verá como a su error el señor Wenger le sacó partido aplicando su propia filosofía y resucitó al muerto. Hasta la próxima don José. Ojalá pueda escribirle a Pep.