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Origen: Barcelona
Destino: Sant Pere de Rodes (Alt Empordà-Girona)
Duración: Dos horas. Depende de las paradas obligatorias que se aconsejan durante el camino.
En este caso hay que tomar la autopista A-7 hasta Figueres, la capital de la comarca. Entrar en la ciudad es una tentación, pero en este caso hay que vencerla ya que nuestro objetivo es el Románico. Nos desviamos por la ronda hacia la N-260 dirección Llansà. A dos kilómetros aproximadamente hay un desvío a Vilabertran, nuestro primer objetivo; allí se encuentra el Monasterio agustino de Santa María de Vilabertran, una nueva joya de este arte (recientemente restaurado).
Fundado por el Clérigo Pere Rigald en la segunda mitad del siglo XI. Su fama de santo fue más allá de su propia muerte en el año 1104. Una fecha importante para este Monasterio fue el año 1295 cuando se casó allí el rey Jaime II y Blanca de Anjou. La vida monástica de Santa María de Vilabertran acaba en el siglo XVI después de la secularización de los agustinianos. Pasó entonces a ser una Colegiata.
En 1930 fue declarado monumento nacional y durante los años cuarenta y ochenta fue objeto de profundas restauraciones para lograr su aspecto actual. De titularidad pública es sede de numerosos actos culturales.
El conjunto del Monasterio consta de
Iglesia, Claustro (en la foto) dependencias monásticas, y palacio
del abad, todo debidamente amurallado.
La Iglesia construida a finales del
siglo XI, aunque se cree que sobre otra del siglo IX o X. De planta de
basílica, consta de tres naves, acabadas en ábside y absidiolas.
Las naves están separadas por
cuatro arcos de medio punto, dos más grandes que los otros.
Entre los arcos se abrieron ventanas de medio punto con el fin de iluminar
de forma directa la nave central.
Santa Maria de Vilabertran
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Claustro
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Claustro
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Interior iglesia
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Cruz del Siglo XIV
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Hay que destacar que la parte norte
de la Iglesia ha sido reformada en dos ocasiones, una en el siglo XIV,
para adosarle la capilla funeraria de los Rocabertí y en el siglo
XVIII, donde se le añadieron una capilla y la sacristía nueva.
El Claustro construido entre los siglos
XII y XIII es de planta trapezoidal y tiene cuatro galerías con
porches de ocho arcos a cada lado.
La sacristía contiene algunos
tesoros de este conjunto monástico como es la cruz del siglo XIV
(en la foto)
Cualquier día y hora entre las 10,00 y las 17,40 (Otoño e Invierno) es bueno para visitar este monumento, pero también necesitareis 400 pesetas por persona adulta y 300, si es mayor de 65 años, para poder entrar al recinto.
Siguiendo la N-260 camino de Llansà,
encontramos el desvío a Vilajuïga,
camino ya de Sant Pere de Rodes destino de nuestra ruta. Pero siguiendo
por la carretera GI-610, el paisaje nos invita a ver las cepas de la denominación
de origen L'Alt Empordà y los olivos de Pau o Palau-Savardera y
hasta estos dos enclaves llegamos, distan uno de otro apenas unos 3 kilómetros
y en sus núcleos urbanos dos monumentos del románico.
Uno, Sant Joan de Palau-Savardera,
documentada por vez primera en el año 1070, durante los siglos XIII
y XIV se la conoce como parroquia. En los últimos años ha
sido objeto de una gran restauración.
Sant Joan de Palau-Savardera
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Campanario
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Ábside
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De planta basilical, tiene tres naves separadas por arcos de medio punto. Las naves culminas, la central en un ábside semicircular y las otras en absidiolas, que no acaban de ser geométricamente similares. Las dos capillas laterales se añadieron con posterioridad. Ha destacar la ausencia de decoración exterior, excepto en el ábside, de estilo lombardo (En la foto)
Sant Martí de Pau se construyó
en dos épocas, una que corresponde con al ábside en la primera
mitad del siglo XI y la fachada y una buena parte de la nave que
se construyeron entre finales del XII y comienzos del XIII.
La parte antigua se realizó
con piedras pequeñas y con abundante mortero, mientras que la fachada
ya tiene piedras mayores y bien pulidas y dispuestas de forma regular.
La parte más destacable de esta
iglesia es su frontis. Tiene una puerta de cinco arcadas de medio punto.
Todos los elementos son de granito excepto los capiteles que son de piedra
calcárea.
Fachada de Sant Martí de Pau |
Puerta del Siglo XII |
En Pau conviene detenerse en la Cooperativa para comprar el aceite de nueva cosecha, un poco ácido pero de extraordinaria calidad. El precio un poco elevado: 650 pesetas el litro. Pero sabe mal perder la oportunidad.
Frente a la salida de Pau a la carretera GI-610 empieza el camino a Pedret-Marzà, conjunto de masias diseminadas entre olivos y cepas y que tuvo como parroquia un imponente edificio románico del siglo XII. De una sola nave acabada en un ábside semicircular. Es extraordinariamente alto para ser una construcción rural. Su dependencia eclesiástica de la nueva iglesia de Marzà ha hecho que este templo esté prácticamente abandonado u en estado ruinoso.
Iglesia de Pedret-Marzà |
Ábside |
De Pedret volveremos a Vilajuïga
por la misma vía, la GI-610 desde Pau. Verán que justo al
lado de la masa que esta junto a la iglesia hay un camino que lleva directamente
a Vilajuïga, no lo cojan es de tierra sin asfaltar.
Dentro del pueblo de Vilajuïga
sale una carretera que conduce, después de 11 kilómetros
hasta el aparcamiento de San Pere de Rodes, final de etapa.
Al salir del núcleo urbano uno
empieza a darse cuenta de los efectos del incendio del Parque Natural del
Cabo de Creus del verano de 2000, que destruyó más de 4.500
Ha de bosque, cultivo de vid y olivas, y matorral. La naturaleza es sabia
y una buena parte de la tierra ha brotado una fina hierba que ha creado
una alfombra verde de esperanza. Algunos árboles, especialmente
alcornoques también han rebrotado, lo que te hace exclamar que no
todo está perdido. Sirvan estas fotos para hacernos una visión
parcial del desastre.
Parque Natural del Cabo de Creus después del incendio
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Cabo de Creus
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Cabo de Creus |
La primera noticia documental que se tiene de las construcciones del Monasterio es de la iglesia allá por el año 878. El año 944 es confirmado como abadía y se tienen noticias de que antes de finalizar el siglo, los peregrinos del lugar conseguían el mismo jubileo que visitando Roma, de ahí la importancia de Sant Pere de Rodes en la cristiandad de entonces. Una visita al Monasterio durante el viernes que coincidiera con la fiesta de la Santa Cruz equivalía a una visita a las tumbas de San Pedro o San Pablo. Este privilegio lo mantuvo Sant Pere de Rodes hasta el siglo XVIII.
Los bienes de la comunidad fueron en aumento durante los siglos XII y XIII, lo que permitió algunas modificaciones en los edificios del conjunto. De esa época es el mármol de la fachada. Un siglo después, en el XIV, empieza su decadencia, hasta que la comunidad queda disuelta con la desamortización de Mendizábal en el año 1835.
En 1989 se inician unas excavaciones que permitieron conocer su estructura y la evolución arquitectónica. Pero sería en 1994 cuando se iniciaron las tareas de restauración que supusieron cinco años de trabajo y algo más de 300 millones de pesetas. En 1999 gracias a la iniciativa pública y privada Sant Pere de Rodes pudo gozar del magnífico aspecto que tiene hoy y que revela como era la vida monacal en el medioevo.
Las diferentes edificaciones que componen
este conjunto monumental se construyeron en las terrazas de la montaña
y por lo tanto a diferentes niveles, como puede comprobarse en los claustros,
uno a nivel superior y otro inferior.
La construcción es típica
de la época medieval, con la iglesia al norte del conjunto y al
sur el claustro donde daban las diferentes dependencias: sala capitular,
biblioteca, refectorio, cocina y dormitorio de los monjes.
Un dato curioso de Sant Pere de Rodes son los restos de las casas de los monjes de buena familia que estaban dispensados de algunas de las obligaciones comunitarias. Dos torres, una la del campanario y otra la de la defensa, son las dos puntas de la majestuosidad del conjunto. La única construcción fuera del conjunto es la de un edificio de planta rectangular de la época prerrománica y que podría ser el hospital de peregrinos.
La Iglesia tiene un especial interés, construida sobre una iglesia más pequeña y sobre una necrópolis en el siglo X. Tiene tres naves, con una cabecera triabsidal. Está construida en dos planos, ya que debajo de lo que es el altar mayor se aloja la cripta.
Sant Pere de Rodes
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Campanario
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Claustro
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Detalle de capitel
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Las dos torres
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Campanario
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Interior Iglesia
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Torre de vigilancia
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Santa Helena de Rodes
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El campanario de planta cuadrada (fotos)
tiene tres pisos y en cada uno se abren ocho ventanas y como puede observarse,
esta edificación está coronada.
Uno de los elementos del conjunto que
más reconstrucción ha necesitado es el claustro del que se
conservan apenas una parte de la estructura. Y es que el claustro románico
está construido sobre otro del siglo X o principios del XI. Las
diferentes excavaciones han logrado dejar al descubierto las diferentes
reformas de esta estancia.
Tras esta mera referencia al Monasterio de Sant Pere de Rodes, por cierto donde se paga entrada con posibilidad de visita guiada. 600 pesetas adultos y 400 mayores de 65 años, niños también. Encima del aparcamiento de coches, justo a unos 200 metros, por un camino de tierra se alza Santa Creu o Santa Helena de Rodes, ejemplar notabilísimo del prerrománico catalán. El edificio actual es el resultado de diferentes modificaciones y restauraciones del primitivo datado en el siglo IX.
Y después de esta visita el viajero y los acompañantes se merecen un buen refrigerio. Pues para ello nada mejor que trasladarnos a Vilajuïga, aunque esta tierra es de buen comer, y abundan restaurantes y cocinas con cierta fama, alguno con 3 estrellas Michelín, como es el caso de El Bullí en Rosas. Pero los que vamos buscando aquello de combinar la cocina tradicional, con la realidad de los fines de semana y que la relación calidad precio sea la mejor de las tarjetas de visita, fuimos, no sin recomendación a Can Maricanes, en Vilajuïga, en el mismo cruce del pueblo con la carretera GI-610, frente a la Cooperativa Vinícola del pueblo.
Carta dedicada a los productos autóctonos y a las célebres combinaciones entre ellos: Gran escudella, realmente bien elaborada y a la que no le falta ningún elemento. De segundo el viajero puede fijarse en una buena carn d'olla (no es la mejor), en un pollo con cigalas, extraordinario, sorprendente para profanos y sin embargo se está convirtiendo en el plato nacional de l'Empordà. Y otro plato que realmente se sale del común de los mortales, es el pato con nabos, realmente un manjar.
La bodega algo estrecha y condicionada por la zona. Buenos caldos de denominación de origen.
La relación calidad precio puede
clasificarse como extraordinaria. 2800 por barba, incluida la propina.
Un regalo si se tiene en cuenta que puede servir unas 150 comidas en cada
uno de los ágapes los fines de semana.
Recomendamos reservar con antelación.
Tfno: 972530037.