Duración:
1 día ( Iniciar la Ruta a las 10,00 horas y acabar sobre las 18,30)
Lugar de Origen:
Barcelona (Catalunya-España)
Lugar de Destino:
Pardines (Vall de Ribes-Ripollés-Girona)
Paradas intermedias:
Fustanyà-Queralbs-Toses-Planoles-Ventolà-Ribes de Fresser.
Mas o menos una hora
y 35 minutos de viaje hasta el primer destino.
Tomamos la C-17 (antigua
N-152) hasta Ribes de Fresser. En el interior del pueblo está bien
indicada la dirección a Queralbs. A 1 kilómetro de dicha
población hay un desvío a la derecha que dice: Fustanyà 2.
Lo tomamos y por una pista asfaltada y muy estrecha llegaremos hasta unas
casas (ojo no se ve la iglesia), dejamos el coche y a pié haremos
los últimos cien metros.
La iglesia
de Sant Sadurní de Fustanyà ya aparece fechada a finales
del siglo X. La perfección de las piedras talladas contrasta con
la arquitectura rústica de la zona; debido a ello, y siempre según
una antigua leyenda, habría sido edificada por las hadas y las brujas
que vivían en cuevas cercanas. Así, debió ser el hombre
a quien le correspondió construir el campanario que, por esa misma
razón, es más imperfecto. En la entrada destaca una importante
puerta de hierro forjado.
Los restos de
lo que debió haber sido el Castillo se encuentran en la parte baja
del pueblo. Su ubicación se debe, seguramente, a la necesidad de
organizar una defensa rápida de la población. Situado en
un promontorio estratégico, se supone que pertenece al siglo XIV
o XV.
Sant Sadurní de Fustanyà
|
La puerta
|
Regresamos al cruce
de la carretera de Queralbs y recorremos el último kilómetro
hasta lo que es un pueblo de una belleza excepcional. Colgado de la montaña,
sus calles y casas respiran piedra, pizarra y madera, elementos naturales
que nos enlazan con épocas pretéritas.
Queralbs |
Detalle de una calle |
Sant Jaume de Queralbs |
Capitel del porche |
Pila bautismal |
Interior: Ábside central |
Pinturas que coronan el ábside
central |
Y en Queralbs encontramos
la Iglesia dedicada a Sant Jaume, restaurada en 1996.
Edificio de una sola
nave, cubierta con bóveda de cañón ligeramente apuntada
y acabada con un ábside semicircular.
Por sus características
se puede datar en el siglo XII, fruto de la reedificación
sobre la primitiva iglesia consagrada en el año 978.
Durante los siglos
XV y XVII la construcción primitiva sufrió algunas
modificaciones
como la ampliación de la nave central con dos nuevas capillas, la
construcción de una sacristía con capilla y la edificación
de un campanario de torre coronado por una pequeña espadaña.
Cabe destacar el pórtico de entrada que cubre la pared de mediodía,
compuesto por seis arcos adovelados de medio punto que descansan sobre
cinco columnas, constituyendo uno de los mejores ejemplares
de pórtico
del románico catalán. Las columnas son de mármol con
vetas de azul y blanco mientras que los capiteles y las arcadas son de
piedra calcárea compacta.
De la puerta
de entrada hay que destacar sus batientes de madera, que
conservan restos
de la forja original.
Dejamos Queralbs
y en Ribes de Fresser retomamos la C-17 (antigua N-152) dirección
a la Collada de Toses. Al llegar a la desviación de Planoles observaremos
un cartel que nos indica una carretera a Fornells de la Muntanya (6 Km.)
y a Toses (10 Km.) tomemos dicho camino, La carretera está bien asfaltada,
aunque algo estrecha, pero es un auténtico atajo. Si nos perdemos
y seguimos por la Collada, sobre el Km. 133 existe un nuevo desvío
que pone Fornells de la Muntanya (2 Km.), Toses (5,5 Km.), aprovecharlo,
porque de lo contrario daremos una vuelta de unos 20 kilómetros
aproximadamente.
Explicado el camino
llegamos a Toses y allí nos espera la Iglesia consagrada a San
Crístofol. La llave la podéis pedir en Cal Pep.
Edificio de nave
rectangular, cubierta con bóveda apuntada y acabada
con un ábside
semicircular cubierto con bóveda de cuarto de esfera.
Tiene adosado
un campanario de dos pisos de planta cuadrada y una capilla construida
posteriormente. Los muros laterales son de un grosor notable, igual que
los del campanario. Se evidencian dos etapas en la
construcción
del edificio: la nave y el campanario en el siglo XI y el ábside
en el XII.
En el Museo Nacional de Arte
de Catalunya se conserva parte de la decoración mural
del ábside, un baldaquín sobre columnas y la talla de una
virgen románica en madera de roble. La entrada se halla situada
junto con la torre del campanario, en la fachada orientada al valle, siendo
una puerta cubierta con un dintel simple y dotada de un destacado herraje,
una muestra más de los trabajos de la forja de hierro de esta zona.
El dibujo de los elementos que decoran la puerta es igual en cada
uno de sus dos
batientes.
Puerta de Sant Cristófol
de Toses |
Campanario y ábside |
Sant Marcel de Planés |
Dejamos Toses y regresamos
por la misma carretera hasta Planés, junto a Planoles y allí
está la iglesia de Sant Marcel.
Iglesia de una sola
nave rectangular cubierta con bóveda de cañón y
acabada con un
ábside semicircular en el exterior y de herradura en el interior.
El campanario de espadaña de dos aberturas se halla situado sobre
el arco de abertura del ábside.
Sant Marcel formaba
parte del dominio del Monasterio de Sant Joan de les Abadesses, siendo
consagrado a principios del siglo XI por el abad Oliba. En el Museo Nacional de Arte
de Catalunya se conservan el ara y el frontal del altar.
Pues de Planés
a Planoles, allí nos encontramos con otro templo románico
consagrado, esta vez, a San Vicente.
Iglesia de una
sola nave reforzada con arcos torales, cubierta con bóveda de cañón
y acabada con un ábside semicircular, con dos ventanas de doble sesgo.
El ábside tiene un friso con una arquería ciega de estilo
lombardo. Se puede datar el edificio en los siglos XI y XII.
El edificio fue
ampliado en el siglo XVIII: se construyeron un campanario de torre, una
capilla y una segunda nave en la que quedó incorporado un pequeño
atrio porticado.
La iglesia de
Sant Vicenç de Planoles es nombrada por primera vez en el
año 1141, aunque es posible que existiera mucho antes porque de
Planoles se tienen noticias desde el 938.
Por sus proporciones,
estructura y recursos tecnológicos, esta iglesia puede relacionarse
con su vecina de Sant Cristòfol de Ventolà.
Sant Vicenç de Planoles |
Reconstrucción del lateral |
Detalle del ábside |
Si ya hemos
mencionado Ventolá, deberemos dirigirnos a esta población.
Para ello tomaremos la C-17 (antigua N152) en dirección a Ribes
de Fresser y tomaremos un cruce que nos aparece a nuestra izquierda y que
dice: Ventolà 3. La carretera es estrecha y apenas caben dos coches,
por lo tanto cuidado a la hora de circular.
Allí dejaremos
el coche dónde podamos y recorreremos a pié los escasos
200 metros que nos separan de la Iglesia consagrada a Sant Cristófol.
Iglesia de una
sola nave, muy larga, cubierta con bóveda de cañón
y acabada con un ábside semicircular. El campanario, cubierto de
forma
piramidal, es
de torre de planta cuadrada de un solo nivel de ventanas, coronadas por
un arco apuntado en cada una de las fachadas; seguramente se trata de un
añadido bajo-medieval.
Aunque probablemente
fue edificada en el siglo XI, ha sufrido algunas modificaciones con el
paso del tiempo, como el añadido de un porche en la fachada meridional,
de tradición neomedieval, y la supresión de una pequeña
capilla.
Sant Cristófol de Ventolà |
Frontal y campanario |
Ribes de Fresser
ábsides de la
iglesia primitiva
|
Campanario |
C-17(antigua N-152) hasta Ribes de Fresser
y allí la iglesia Parroquial, consagrada a Santa María y
muy reconstruida, eso si sobre la primitiva.
De la primitiva iglesia románica, documentada
en el 1035, destruida en el
1936 y reconstruida en los años
1945-46, sólo se conservan los tres ábsides, uno de central
y dos de laterales que hoy en día son capillas, cada uno de ellos
con una ventana de doble sesgo y cubiertos con bóveda de cuarto
de esfera.
La obra original debió responder
a las formas típicas de la arquitectura lombarda.
En el interior de Ribes de Fresser tomaremos
una carretera que nos lleva directamente a Pardines. Hay 6 kilómetros,
es estrecha (caben dos coches con dificultad), pero bien asfaltada. A un
kilómetro aproximadamente de Pardines, y teniendo como referencia
los contenedores de basura, hay un desvío al camping de Pardines,
que siguiéndolo nos lleva hasta la Iglesia de Santa Magdalena (de
obligado cumplimiento en la ruta, pese a las dificultades). El camino es
muy estrecho, aquí si que no caben dos coches, pero bien asfaltado.
La capilla de Santa Magdalena de Puigsac
queda en la vertiente de
tramontana de la Serra Cavallera, en
el vecindario de Puigsac.
Edificio de una sola nave, cubierta
con bóveda de cañón y acabada con
un ábside semicircular cubierto
con bóveda de cuarto de esfera.
El lugar y el paisaje invitan a momentos
de sosiego en la vida agitada de las personas de ciudad.
Santa Magdalena de Puigsac |
Frontal |
Interior |
Detalle del ábside |
Retomamos la carretera a Pardines, hasta
llegar al centro del pueblo y visitamos la iglesia de Sant Esteve, aunque de la original construida en el siglo XI y XII solo quedan el ábside
y una torre de defensa.
Edificio ya fechado en el año 988,
originariamente fue de estilo románico
como lo demuestra el ábside,
con ventana de doble sesgo, y la línea de ménsulas que formaba
el alero original de los siglos XI y XII.
A partir del siglo XIII el edificio
empieza a sufrir las primeras modificaciones con la construcción
de una torre de defensa sobre el ábside conservado. En el siglo
XVIII se transformó el interior de la iglesia.
Ábside y torre de defensa
de Sant Esteve de Pardines
|
Un poco más allá de la
mitad del recorrido, en Ventolà es, en principio, lugar idóneo
para reponer fuerzas. Lo cierto es que ya conocíamos el lugar y
que es bueno son los muchos comensales que hacen cola en los dos restaurantes
del pueblo, los dos en la Plaza de la Constitución, uno junto al
otro. Restaurante Anna y Can Tonicu.
Reservamos en el Anna. Y quizás
nos hemos equivocado, no lo sabremos hasta nuestra próxima visita
a Ventolà. Pero definamos la comida de hoy como pasable. Barata
(2.000 por barba con propina), pero cara porque no tenía nada en
especial, es de aquellas veces que uno se siente que ha sido y tremendamente
cara. De primero una tabla de embutidos de la zona, bien surtida y algunos
de buen comer. No son ni de lejos de la calidad de los de Moià por
ejemplo, ni en lo que se refiere a los de tipo longaniza, ni los achorizados,
ni los de bull o cabeza de jabalí. Podrían comprarse en cualquier
mercadillo de domingo.
El segundo de batalla, pies de cerdo,
pato (no pedirlo) y ternera con setas (en principio parecía algo
seca). Bodega inexistente, un vino de la casa aceptable con gaseosa. Con
eso está dicho todo. Por lo tanto una comida cara. Sorprende la
gran cantidad de gente que recorre esos tres kilómetros para una
comida de subsistencia por poco dinero. Conviene reservar, yo les doy el
teléfono por si se atreven:
Restaurante Anna:
972727260.
Restaurante Can
Tonicu: 972729136
Insisto de Can Tonicu nada que opinar,
no lo conozco.
DIRECCIÓN DE CORREO ELECTRÓNICO
valentinv@valentinv.com