RUTA 11
Duración: 1 día ( Iniciar la Ruta a las 10,00 horas y acabar sobre las 18,30)
Lugar de Origen: Barcelona (Catalunya-España)
Lugar de Destino: Pardines (Vall de Ribes-Ripollés-Girona)
Paradas intermedias: Fustanyà-Queralbs-Toses-Planoles-Ventolà-Ribes de Fresser.
Mas o menos una hora y 35 minutos de viaje hasta el primer destino.
Tomamos la C-17 (antigua N-152) hasta Ribes de Fresser. En el interior del pueblo está bien indicada la dirección a Queralbs. A 1 kilómetro de dicha población hay un desvío a la derecha que dice: Fustanyà 2. Lo tomamos y por una pista asfaltada y muy estrecha llegaremos hasta unas casas (ojo no se ve la iglesia), dejamos el coche y a pié haremos los últimos cien metros.
  La iglesia de Sant Sadurní de Fustanyà ya aparece fechada a finales del siglo X. La perfección de las piedras talladas contrasta con la arquitectura rústica de la zona; debido a ello, y siempre según una antigua leyenda, habría sido edificada por las hadas y las brujas que vivían en cuevas cercanas. Así, debió ser el hombre a quien le correspondió construir el campanario que, por esa misma razón, es más imperfecto. En la entrada destaca una importante puerta de hierro forjado.

Los restos de lo que debió haber sido el Castillo se encuentran en la parte baja del pueblo. Su ubicación se debe, seguramente, a la necesidad de organizar una defensa rápida de la población. Situado en un promontorio estratégico, se supone que pertenece al siglo XIV o XV.
 

Sant Sadurní de Fustanyà
 


La puerta

 
Regresamos al cruce de la carretera de Queralbs y recorremos el último kilómetro hasta lo que es un pueblo de una belleza excepcional. Colgado de la montaña, sus calles y casas respiran piedra, pizarra y madera, elementos naturales que nos enlazan con épocas pretéritas.


Queralbs


Detalle de una calle


Sant Jaume de Queralbs


Capitel del porche


Pila bautismal


Interior: Ábside central 


Pinturas que coronan el ábside central

Y en Queralbs encontramos la Iglesia dedicada a Sant Jaume, restaurada en 1996.
Edificio de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón ligeramente apuntada y acabada con un ábside semicircular.

Por sus características se puede datar en el siglo XII, fruto de la reedificación  sobre la primitiva iglesia consagrada en el año 978.
Durante los siglos XV y XVII la construcción primitiva sufrió algunas
modificaciones como la ampliación de la nave central con dos nuevas capillas, la construcción de una sacristía con capilla y la edificación de un campanario de torre coronado por una pequeña espadaña. Cabe destacar el pórtico de entrada que cubre la pared de mediodía, compuesto por seis arcos adovelados de medio punto que descansan sobre cinco columnas, constituyendo uno de los mejores ejemplares
de pórtico del románico catalán. Las columnas son de mármol con vetas de azul y blanco mientras que los capiteles y las arcadas son de piedra calcárea compacta.
De la puerta de entrada hay que destacar sus batientes de madera, que
conservan restos de la forja original.
  
Dejamos Queralbs y en Ribes de Fresser retomamos la C-17 (antigua N-152) dirección a la Collada de Toses. Al llegar a la desviación de Planoles observaremos un cartel que nos indica una carretera a Fornells de la Muntanya (6 Km.) y a Toses (10 Km.) tomemos dicho camino, La carretera está bien asfaltada, aunque algo estrecha, pero es un auténtico atajo. Si nos perdemos y seguimos por la Collada, sobre el Km. 133 existe un nuevo desvío que pone Fornells de la Muntanya (2 Km.), Toses (5,5 Km.), aprovecharlo, porque de lo contrario daremos una vuelta de unos 20 kilómetros aproximadamente.
Explicado el camino llegamos a Toses y allí nos espera la Iglesia consagrada a San Crístofol. La llave la podéis pedir en Cal Pep.
Edificio de nave rectangular, cubierta con bóveda apuntada y acabada

con un ábside semicircular cubierto con bóveda de cuarto de esfera.
Tiene adosado un campanario de dos pisos de planta cuadrada y  una capilla construida posteriormente. Los muros laterales son de un grosor notable, igual que los del campanario. Se evidencian dos etapas en la
construcción del edificio: la nave y el campanario en el siglo XI y el ábside en el XII.
En el Museo Nacional de Arte de Catalunya se conserva parte de la decoración  mural del ábside, un baldaquín sobre columnas y la talla de una virgen románica en madera de roble. La entrada se halla situada junto con la torre del campanario, en la fachada orientada al valle, siendo una puerta cubierta con un dintel simple y dotada de un destacado herraje, una muestra más de los trabajos de la forja de hierro de esta zona.  El dibujo de los elementos que decoran la puerta es igual en cada
uno de sus dos batientes.
 


Puerta de Sant Cristófol de Toses


Campanario y ábside


Sant Marcel de Planés

 
Dejamos Toses y regresamos por la misma carretera hasta Planés, junto a Planoles y allí está la iglesia de Sant Marcel.
Iglesia de una sola nave rectangular cubierta con bóveda de cañón y

acabada con un ábside semicircular en el exterior y de herradura en el interior. El campanario de espadaña de dos aberturas se halla situado sobre el arco de abertura del ábside. 
Sant Marcel formaba parte del dominio del Monasterio de Sant Joan de les Abadesses, siendo consagrado a principios del siglo XI por el abad Oliba. En el Museo Nacional de Arte de Catalunya se conservan el ara y el frontal del altar.
  Pues de Planés a Planoles, allí nos encontramos con otro templo románico consagrado, esta vez, a San Vicente.
Iglesia de una sola nave reforzada con arcos torales, cubierta con bóveda de cañón y acabada con un ábside semicircular, con dos ventanas de doble sesgo. El ábside tiene un friso con una arquería ciega de estilo lombardo. Se puede datar el edificio en los siglos XI y XII.
El edificio fue ampliado en el siglo XVIII: se construyeron un campanario de torre, una capilla y una segunda nave en la que quedó incorporado un pequeño atrio porticado.
La iglesia de Sant Vicenç de Planoles es nombrada por primera vez en el  año 1141, aunque es posible que existiera mucho antes porque de Planoles se tienen noticias desde el 938.
Por sus proporciones, estructura y recursos tecnológicos, esta iglesia  puede relacionarse con su vecina de Sant Cristòfol de Ventolà.


Sant Vicenç de Planoles


Reconstrucción del lateral


Detalle del ábside

 Si ya hemos mencionado Ventolá, deberemos dirigirnos a esta población. Para ello tomaremos la C-17 (antigua N152) en dirección a Ribes de Fresser y tomaremos un cruce que nos aparece a nuestra izquierda y que dice: Ventolà 3. La carretera es estrecha y apenas caben dos coches, por lo tanto cuidado a la hora de circular.
Allí dejaremos el coche dónde podamos y recorreremos a pié los escasos 200 metros que nos separan de la Iglesia consagrada a Sant Cristófol.
Iglesia de una sola nave, muy larga, cubierta con bóveda de cañón y acabada con un ábside semicircular. El campanario, cubierto de forma
piramidal, es de torre de planta cuadrada de un solo nivel de ventanas, coronadas por un arco apuntado en cada una de las fachadas; seguramente se trata de un añadido bajo-medieval.
Aunque probablemente fue edificada en el siglo XI, ha sufrido algunas modificaciones con el paso del tiempo, como el añadido de un porche en la fachada meridional, de tradición neomedieval, y la supresión de una pequeña capilla.  


Sant Cristófol de Ventolà


Frontal y campanario

Ribes de Fresser

 ábsides de la iglesia primitiva

 


Campanario


  C-17(antigua N-152) hasta Ribes de Fresser y allí la iglesia Parroquial, consagrada a Santa María y muy reconstruida, eso si sobre la primitiva.
De la primitiva iglesia románica, documentada en el 1035, destruida en el
1936 y reconstruida en los años 1945-46, sólo se conservan los tres ábsides, uno de central y dos de laterales que hoy en día son capillas, cada uno de ellos con una ventana de doble sesgo y cubiertos con bóveda de cuarto de esfera.
La obra original debió responder a las formas típicas de la arquitectura lombarda. 
  En el interior de Ribes de Fresser tomaremos una carretera que nos lleva directamente a Pardines. Hay 6 kilómetros, es estrecha (caben dos coches con dificultad), pero bien asfaltada. A un kilómetro aproximadamente de Pardines, y teniendo como referencia los contenedores de basura, hay un desvío al camping de Pardines, que siguiéndolo nos lleva hasta la Iglesia de Santa Magdalena (de obligado cumplimiento en la ruta, pese a las dificultades). El camino es muy estrecho, aquí si que no caben dos coches, pero bien asfaltado.
La capilla de Santa Magdalena de Puigsac queda en la vertiente de
tramontana de la Serra Cavallera, en el  vecindario de Puigsac.
Edificio de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón y acabada con
un ábside semicircular cubierto con  bóveda de cuarto de esfera.
El lugar y el paisaje invitan a momentos de sosiego en la vida agitada de las personas de ciudad.


Santa Magdalena de Puigsac


Frontal


Interior


Detalle del ábside

 
Retomamos la carretera a Pardines, hasta llegar al centro del pueblo y visitamos la iglesia de Sant Esteve, aunque de la original construida en el siglo XI y XII solo quedan el ábside y una torre de defensa.
Edificio ya fechado en el año 988, originariamente fue de estilo románico

como lo demuestra el ábside, con ventana de doble sesgo, y la línea de ménsulas que formaba el alero original de los siglos XI y XII. 
A partir del siglo XIII el edificio empieza a sufrir las primeras modificaciones con la construcción de una torre de defensa sobre el ábside conservado. En el siglo XVIII se transformó el interior de la iglesia.
                         
 

Ábside y torre de defensa de Sant Esteve de Pardines

Un poco más allá de la mitad del recorrido, en Ventolà es, en principio, lugar idóneo para reponer fuerzas. Lo cierto es que ya conocíamos el lugar y que es bueno son los muchos comensales que hacen cola en los dos restaurantes del pueblo, los dos en la Plaza de la Constitución, uno junto al otro. Restaurante Anna y Can Tonicu.
Reservamos en el Anna. Y quizás nos hemos equivocado, no lo sabremos hasta nuestra próxima visita a Ventolà. Pero definamos la comida de hoy como pasable. Barata (2.000 por barba con propina), pero cara porque no tenía nada en especial, es de aquellas veces que uno se siente que ha sido y tremendamente cara. De primero una tabla de embutidos de la zona, bien surtida y algunos de buen comer. No son ni de lejos de la calidad de los de Moià por ejemplo, ni en lo que se refiere a los de tipo longaniza, ni los achorizados, ni los de bull o cabeza de jabalí. Podrían comprarse en cualquier mercadillo de domingo.
El segundo de batalla, pies de cerdo, pato (no pedirlo) y ternera con setas (en principio parecía algo seca). Bodega inexistente, un vino de la casa aceptable con gaseosa. Con eso está dicho todo. Por lo tanto una comida cara. Sorprende la gran cantidad de gente que recorre esos tres kilómetros para una comida de subsistencia por poco dinero. Conviene reservar, yo les doy el teléfono por si se atreven:
Restaurante Anna: 972727260.
Restaurante Can Tonicu: 972729136
Insisto de Can Tonicu nada que opinar, no lo conozco.

 

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