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Regresamos a Vilafranca y por la misma
ronda que fuimos, sin pisar el centro de la ciudad buscamos la carretera
C-244 hacia Vilanova (atentos a los indicadores que es fácil perderse
en una de las muchas rotondas que hay en esta circunvalación). Dirigidos
a la localidad costera el primer núcleo es Sant Miquel d'Olerdolà,
pero lo dejamos a la derecha hasta un nuevo desvío que indica claramente
al Castillo y las ruinas ibero-romanas-románicas-medievales. Allí
una carretera, de 3 kilómetros, perfectamente asfaltada nos
conduce hasta la entrada de este recinto histórico, ya que fue utilizado
por diferentes civilizaciones, desde el siglo IV a C hasta finales del
siglo XV.
Previo pago de 300 pesetas, nos adentramos
por lo que eran los poblados íberos y romanos hasta la iglesia de
Sant Miquel. El actual edificio es el resultado de modificaciones de una
iglesia original datada en el siglo X y de la que se conserva una parte
del ábside al que se accede por un estrecho pasillito de la nave
del edificio del siglo XII. Esta es una nave rectangular cubierta por una
vuelta de cañón de perfil semicircular y reforzada por dos
arcos torales. El ábside que la encabeza es rectangular y muy profundo.
Hay que referenciar aquí la ventana que existe sobre la puerta de
entrada de este templo.
La parte de ábside de la iglesia
prerrománica que se conserva tiene una puerta de salida culminada
por un arco de herradura, característico de este tipo de construcciones.
También refuerzan la teoría de la existencia de este edificio
las cinco tumbas antropomórficas encontradas en el sur de l muro
y que están datadas de esa época.
Dejamos este conjunto monumental y retornamos
a Vilafranca, pero a pocos metros del cruce con la C-244 hay un desvío
a la derecha hacia el Sant Sepulcre, una de las cuatro iglesias románicas
de planta circular que hay en Cataluña. Está en una propiedad
privada, de ahí sus dificultades para visitarla. Pedir la llave
en una casa de labranza que hay cien metros mas allá.
Datada en el Siglo XI, está
cubierta por una cúpula semiesférica. Además del ábside
correspondiente, en el interior tiene una pequeña abertura que da
a una capilla poligonal que se añadió posteriormente. Tiene
varia fornículas en su interior, concretamente en el ábside
tres descubiertas por banda y una en el centro aunque se sabe que existen
dos más.
Esta pequeña iglesia posee una
colección importante de pinturas murales que cubrían la totalidad
de los muros y que en la actualidad no se pueden ver por el rebozado moderno
que se ha hecho. Se adivinan en las columnas de las fornículas algunas
pinturas que representan personajes y escenas de la vida de la época.
Este tipo de decoración son comunes a otras iglesias románicas
como Sant Joan de Boí, Santa Maria de Terrassa o Sant Pere de la
Seu d'Urgell.
Con cierta tristeza por el estado de
las pinturas murales del Santo Sepulcro y recordando a las instituciones
(Diputación y Generalitat) de la obligación moral de cuidar
y poner al alcance de todos el patrimonio artístico de Cataluña.
Volvemos a la C-244 y buscamos la carretera BV-2119 que nos llevará
hasta Moja, un pequeño núcleo a dos kilómetros de
Vilafranca y que encierra un verdadero tesoro del románico catalán.
Son dos iglesias juntas, la primera
documentada a finales del siglo XI estaba dedicada a Sant Cugat, aunque
en el siglo XV ya tenía como copatrón a San Jaime y en el
siglo XIX se construye un edificio mayor que alberga la iglesia parroquial
consagrada ya a San Jaime.
La iglesia románica podría
ser del siglo XII, aunque conserva todo el estilo arquitectónico
del XI.
Es una iglesia de una sola nave encabezada
por un ábside semicircular y que en el siglo XIII se le añadieron
dos capillas laterales a modo de crucero.
El exterior del ábside tiene
una decoración lombarda, con un friso integrado por cinco series
de dobles arcos ciegos. Uno de los elementos más destacados es el
campanario de torre y planta cuadrada que se levanta sobre el crucero y
que se cierra con un techo piramidal completamente liso.
San Jaime de Moja
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Retomamos el camino hacia Vilafranca
y en la primera rotonda ya buscamos la N-340 dirección a Barcelona.
A unos dos kilómetros (tal vez algo más) hay un desvío a
la izquierda con dirección a Sant Cugat Sesgarrigues, la carretera
BV-2429, pues pasado este municipio llegamos a Sant Sebastià dels
Gorgs que es término de Avinyonet.
Monasterio desde el 1030 pasó
diferentes vicisitudes, todas relacionadas con la situación económica
del momento hasta que en el 1409, deja los dominios de San Víctor de Marsella
y pasa a depender de la abadía de Montserrat y es entonces cuando
se acaba la vida comunitaria.
El conjunto monástico del siglo
XI ha sufrido reformas y variaciones constantes, hoy consta de la iglesia,
el claustro (no tenemos constancia gráfica debido a que estaba cerrado
a cal y canto) y unas casas modernas que debieron sustituir a las dependencias
monacales.
La iglesia es un edificio salido de
las reformas realizadas a finales del siglo XIV, concretamente en el 1380.
La puerta del siglo XII, donde hay
un tímpano dedicado a la Maiestas Domini con dos ángeles a los lados;
y el campanario probablemente del XI, son elementos románicos que
todavía se conservan al igual que el claustro una de las construcciones
más representativas del siglo XI en el arte religioso catalán.
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Volvemos a la N-340 y buscamos un desvío
a la izquierda dirección Sant Sadurní d'Anoia, concretamente
la BP-2427 y a unos cuatro kilómetros encontramos la pedanía de
Els Casots y a mano derecha hay un camino asfaltado que nos lleva hasta
el Castillo de Subirats y la iglesia dedicada a San Pedro, hoy santuario
de la Virgen de la Fontsanta. Allí viven dos hermanas que cuidan
de este privilegiado lugar.
El castillo está documentado
en el 917 como domicilio de la familia de los Vizcondes de Barcelona.
La iglesia, consagrada a San Pedro
ya se documenta en el 1030 y aunque podría ser anterior a esa fecha
hay que señalar que fue reformada entre el siglo XI y el XIII. Es
de una sola nave cubierta con vuelta de cañón, reforzada
por dos arcos torales. El ábside es semicircular, que se aprecia
perfectamente en el interior pero no en el exterior, ya que parece rectangular.
Llegados a este punto, o quizás en uno intermedio, antes de ir a Sant Sebastià dels Gorgs sería un buen momento nos desplazamos hasta Sant Pau de l'Ordal y allí preguntamos por el restaurante "Cal Pere del Maset" donde previamente habremos reservado para comer. Este restaurante está regentado por Anna y Joan un matrimonio que combinan perfectamente la cocina y la atención al público. Pero entremos en materia: La carta está bien surtida en todo lo que es derivados de la cocina catalana. Las brasas son especialmente atractivas, aunque no hay que desdeñar nunca un buen guiso de la Anna. Carne o pescado son de excelente calidad. En los segundos veremos un cochinillo al estilo castellano francamente apetitoso. Pero hoy les recomendaremos los siguiente: Jamón de Joselito (Guijuelo) todo un tratado en el mundo del jamón. Caña de lomo de la misma procedencia. Foie hecho en casa, una pura delicia para el paladar. Y si es la época unas alcachofas asadas y servidas para comer, un manjar. Ahora si estás preparado pide unas almejas, de Carril por supuesto, guisadas con alcachofas, uno de esos platos que recordarás mucho tiempo. De segundo una carne o pescado, pero aquí recomendamos un Confit de Pato realmente bueno. En cuanto a la bodega bien nutrida en variedades del Penedés y algún que otro Rioja o Ribera del Duero, exquisito un joven: Valdubón, a buen precio. Pero ir a "cal Pere del Maset" es entrar en el paraíso de los buenos cavas, tienes de todo: Gramona, Recaredo, Mestre y por supuesto la amplia variedad de Freixenet y Segura Viudas, incluido el Champagne Henry Abbelé. Para esta ocasión recomendamos un cava, Torre de Galimany, con 12,5 grados y que acompaña perfectamente cualquier entrante o plato de pescado o carne. El precio final del ágape no bajará de las cinco mil por barba, pero saldremos satisfechos por cuanto habrá valido la pena, porque la relación calidad-precio es de lo mejor que uno puede encontrar en el mundo de la restauración. El precio varía según los productos, se puede comer más barato, pero también más caro. Si es un día de cada día llamen y pregunten por el "Suquet de pescado" realmente espectacular, vale la pena desplazarse. Reservar, más en sábado o domingo, es imprescindible, teléfono 938993028.