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Desde Echo, a
poco más de 2 kilómetros hacia el norte está Siresa.
Un población que poco a poco va recuperando las construcciones típicas
de esta parte del Pirineo aragonés. Allí se levanta la inmensa
mole de San Pedro de Siresa, una de las grandes obras románicas
en Aragón.
Cuando se visita
San Pedro de Siresa; la primera sensación que se tiene; aun sin
ser profundo conocedor del arte, es de contemplar un monumento distinto
a los demás de la época románica.
Bien distinto
de los más antiguos; como Sásave, San Pedro de Jaca, Buil,
Iguácel, San Jun de la Peña, Santa Cruz de la Serós...
Y además,
grande, muy grande para lo habitual de la época. Sus dimensiones
son comparables solo a la catedral de Jaca; ordenada construir por un rey
con incipiente reino; cuando Siresa llevaba un par de siglos -como poco-
de ventaja.
El origen "oficial"
data de principios del IX, cuando Aznar Galíndez, conde carolingio
consiguió establecerse en este territorio ultra pirenaico y fundar
la dinastía condal de Aragón.
Importó
la "moda" al uso de su lugar de origen, y la edificación que surgió,
no podía ser sino carolingia.
Ya antes hubo
un monasterio visigótico; como se demostró en las excavaciones
del verano de 1991, que pusieron de manifiesto estructuras correspondientes
a una iglesia de tres naves y ábside rectangular, a la altura del
crucero actual.
El monasterio,
situado a la vera de la calzada romana que atravesaba el puerto del Palo
tuvo a su frente al abad Zacarías, y después, en el 852,
al abad Odoario, quien recibió la visita de San Eulogio de Córdoba.
Hacia 867, el
conde Galindo I Aznarez, le concedió la villa de Hecho.
Cuando en 922
se estableció la sede episcopal de Aragón, el obispo Ferriolo
relanzó el espíritu religioso de la región.
En 1077 se estableció
una canónica agustiniana, convirtiéndose en priorato del
obispado de Jaca, y siendo designado como capilla real.
Doña Sancha,
hermana del rey Sancho Ramírez, tuteló entre sus muros la
infancia de su sobrino Alfonso; que sería con el tiempo Alfonso
I el Batallador.
San Pedro de Siresa |
Ábside central |
Nave central-interior |
Cristo-Siglo XIII |
Nave lateral |
Acceso a la torre |
Destaca sobre el transepto la estructura que cobijaba el cimborio original, que se transformó en bóveda de arista, que se transformó en medio cañón atravesado...
Su ábside
alargado y poligonal está rodeado por pilastras que delimitan sus
lados, y que a la altura del arranque de los vanos, se transforman en agudas
proas. En el centro de los brazos del crucero, un pequeño contrafuerte,
marca la situación de los absidiolas. En el lado sur, una capilla
construida por delante, lo oculta en parte. La vista lateral del brazo
norte del crucero con su original arco en forma de mitra, también
distinto del románico al uso en nuestra región. Un contrafuerte
centrado, señala el absidiola al interior.
La liturgia procesional
carolingia precisaba de iglesias de tres naves; y es dado suponer que hubo
a ambos lados de la actual nave, otras dos, comunicadas por los grandes
arcos ciegos hoy; pero en realidad cegados, de ambos paramentos norte y
sur.
El crismó
trinitario, se adecuó en la portada en la reforma del XII.
Al interior,
la iglesia tiene en la actualidad planta de cruz latina, acabada en gran
ábside cuyo cilindro se halla adornado por cinco arcos; de los cuales
tres contienen ventanales, entre dos impostas. La superior, se prolonga
por la nave.
La decoración
del templo, no es al estilo jaqués, con profusión de capiteles
y motivos geométricos o vegetales en impostas y ábacos; sino
sobria y carente de esculturas. La única decoración la constituyen
la alternancia de arquería ciega a varios niveles, alternando con
los vados de iluminación, y las impostas descritas.
Pero tampoco
recuerda al estilo lombardo, muy diferente a pesar de su similitud en la
sobriedad escultórica.
el Cristo románico
del XIII, tallado en nogal policromado que se halló en las obras
de restauración ya apuntadas. Estaba enterrado en una especie de
"sepulcro", probablemente para ponerlo a resguardo de su destrucción
en la última gran guerra.
Tras su restauración,
se expone en el brazo norte del crucero, con su expresión de serenidad,
sus barbas geométricas rematadas en volutas de aspecto elegante;
y su ombligo en espiral con aspecto de galaxia.
La talla tiene
los pies separados, como es costumbre en los cristos románicos
San Pedro de Larrede |
Ábside y torre |
Portada |
Interior |
Ábside: Su decoración responde
a la disposición característica del estilo, constando de
una moldura tórica inferior sobre la que, tras una hilada, se disponen
sobre el semicírculo siete arcos de medio punto ciegos apoyados
sobre lesenas, y encima otra moldura análoga a la inferior, sobre
la que corre un friso de baquetones que se culmina con dos hiladas sobresalientes
a modo de cornisa. En el arco central se dispone un alargado ventanal abocinado.
Torre: Puede considerarse la mejor
del género. De planta cuadrada, va en ligera disminución
según crece en altura, abriéndose en la parte superior ventanales
en sus cuatro lados, siendo estos triples y formados por tres arcos de
herradura apoyados sobre cuatro maineles cilíndricos, dos de ellos
adosados a los laterales, y todo ello dentro de un alfiz. Se remata la
torre con un tejado a cuatro vertientes sobre una bóveda esquifada.
SATUÉ-LATAS
En la carretera
de vuelta a la N-330 desde Larrede nos encontramos con dos más de
las 14 iglesias de la ruta mozárabe del Serrablo, son Satué
y Latas.
Con las casas
al pie del promontorio en que se encuentra, la parroquial de San Andrés
de Satué, en época medieval Xatue, ofrece una bella muestra
del románico serrablés ya avanzado, aunque sea el ábside
lo único que resta de la edificación original.
Nave: Rectangular
y con techumbre de madera, finaliza en un presbiterio que se apoya en contrafuertes
exteriores, cubierto con bóveda de cañón y el inexcusable
ábside semicircular que cubre una bóveda de horno. En el
muro al pie de la nave se abren tres ventanas de arco de medio punto dispuestas
en forma de triángulo, y en el muro meridional se encuentra la portada,
de arco de medio punto doble, y dos ventanas abocinadas interiormente.
Ábside: Entre
dos molduras tóricas se hallan los siete arcos de medio punto ciegos,
apoyados en sus correspondientes lesenas con un ventanal central doblemente
abocinado, y sobre todo ello, el oportuno friso de baquetones mas las dos
hiladas a modo de cornisa.
Torre: Compartiendo
muro con la nave, se alza un robusto ejemplar en el lado meridional, presentando
dos pares de amplios ventanales de arco de medio punto para alojar las
campanas orientados a Norte y Sur, mas otros tres, con la misma disposición
de los del pie de la nave, en el muro meridional, y culminado con tejado
a dos vertientes.
Latas: Pequeña
población a la izquierda del camino que nos lleva a Larrede.
Su parroquial conserva cabecera románica tardía, del XIII.
Se trata de ábside
cilíndrico, sin adornos, con pequeño ventanal aspillerado
y rematado por ménsulas lisas de perfil de nacela que sustentan
el alero. El presbiterio está muy acusado al exterior.
San Andrés de Satué |
Latas |
Si cogemos la carretera desde Sabiñánigo
a Biescas, desde el desvío a Oliván podremos visitar otro
grupo de estas iglesias mozárabes del Serrablo que están
en la cuenca del Alto Gállego.
BARÓS
Retomamos la dirección
a Jaca. Ya en la capital de la Jacetanía, en la primera rotonda
observaremos el cartel que nos indica Barós, un pequeño núcleo
de población que tiene en su interior la iglesia de Samn Fructuoso.
Es una construcción
románica del XII, a la que con posterioridad se le añadieron
capilla lateral y torre a los pies.
La decoración
es de tipo lombardo, con arcuaciones ciegas apeando en lesenas. Sobre
la arquería corre un friso de esquinillas. La arquería se
continua en los muros laterales y en el hastial de levante, en disposición
escalonada y enmarcando la central un ósculo.
Bajo los últimos
arquillos del muro sur, lindando con la cabecera, una curiosa serie de
bajorrelieves reutilizados; probablemente de alguna construcción
anterior. También había otros en la torre, que en la última
restauración se desmontaron y guardan en la capilla norte, tras
la pila bautismal.
Al interior,
el ábside, centrado por ventanal, se continua sin interrupción
con la bóveda de cuarto de esfera. Por delante presbiterio atrofiado
y arco triunfal. La nave se cubría con techumbre de madera; realizándose
tardíamente el medio cañón existente.
San Fructuoso de Barós |
Portada y torre |
JACA
Regresamos a Jaca
y allí parada, que no fonda, para visitar la Catedral.
Una primera etapa
constructiva se fija entre 1076 y 1082, comenzando por la cabecera y estando
ya definida su planta basilical, de tipo rectangular, sin transepto saliente;
moda que se repite en Frómista, Silos, Arlanza, Dueñas..
En 1075 se inicia santiago de Compostela y en 1080 la primera catedral de León.
En 1082, el perímetro
de la catedral está acabado, así como la mayor parte de sus
ábsides; pero debido al enfrentamiento del obispo-infante García
con su hermano el rey Sancho; las obras se paralizaron por completo. Tras
esta mala relación , se piensa que estaba la condesa Doña
Sancha "una de las mentes más intrigantes del reino".
Una segunda etapa
constructiva, entre 1104 y 1130, reinando Alfonso I, permitió la
conclusión de la fábrica y la decoración escultórica.
En esta etapa trabajo el "Maestro de Doña Sancha", quien también
dejará obra en Sta Cruz de la Serós. Tras su conclusión
hacia 1130, languideció en su actividad, al trasladarse los centros
de poder hacia el sur. El obispo residía en Huesca, y sólo
de forma esporádica acudía a Jaca.
Llama la atención
el desproporcionado ábside central; que se erigió a partir
de 1790, tras derribar el románico original; "para evitar filtraciones
y humedades" y aumentar el espacio del coro.
Para dicha reforma
se contó con el cartujo fray Manuel Bayeu y Subías , quien
decoró sus muros laterales y la bóveda con escenas de la
vida de su titular.
Los canecillos,
son los originales del ábside central, en su mayoría.
La catedral de
Jaca, rodeada de edificaciones, tiene pocas perspectivas. Su fachada sur,
con la Lonja Chica, abierta a la plaza del mercado. En el lado izquierdo
de la puerta, está cincelada la medida denominada "vara jaquesa",
al igual que ocurre en la plaza del mercado de Sos del Rey Católico,
o a la derecha de la portada de Santa María en Uncastillo.
El magnífico
ábside sur; único que permanece original de la construcción
de la catedral. Su decoración es del Maestro de Jaca.
En la fachada
sur de la catedral, se abre una puerta secundaria, cobijada por un amplio
porche cerrado con verja de hierro y sustentado por siete columnas con
sus respectivos capiteles, datable alrededor de 1600.
Buena parte de
los elementos que la componen, son reutilizados, procedentes del desaparecido
claustro del templo. Se le denomina Lonja Chica.
Da a la plaza
del mercado medieval; y en el lado izquierdo de la puerta, está
cincelada por dos veces la longitud de la vara jaquesa que garantizaba
las transacciones.
Catedral de Jaca (La lonja chica) |
Portada |
Nave central |
Friso de la portada |
SANTA CRUZ DE LA SERÓS
Nos alejamos de
Jaca por la N-240 en dirección a Pamplona, a pocos kilómetros
un desvío a la izquierda nos indica el camino de Santa Cruz de Serós
y San Juan de la Peña.
Nos detenemos
en el primero. Allí además encontraremos una ermita dedicada
a San Caprasio.
Pero los primero
es ver Santa María la Serós.
Santa Cruz de
la Serós (apócope de "las Sorores", por alusión a
las monjas benedictinas dependientes de San Jun de la Peña,
que lo habitaban), es una pequeña y pintoresca población
cercana a la margen izquierda del río Aragón, en el camino
de subida al Monasterio de san Jun de la Peña.
Ramiro I concedió
bienes al monasterio femenino de Santa María, para mantener una
hospedería y les confió como religiosa a su hija menor:
Urraca.
Pero el mayor
esplendor se alcanzó cuando otra hija de Ramiro I, Doña Sancha,
viuda del Conde Ermengol III de Urgel, ingresa en él como Abadesa
y le presta su protección más decidida (1070).
En 1095 hizo
testamento a favor de esta Iglesia, falleciendo algo después
y siendo enterrada en el maravilloso sarcófago que hoy se guarda
en las Benitas de Jaca.
El descenso de
las "Sorores" a Jaca, en el XVI, propició el abandono del monasterio
y su ruina. Sólo se conserva su iglesia.
La primera impresión
que produce es desconcertante si no se tiene en cuenta su planta, pues
presenta un frontal con un solo ábside y un perfil escalonado, de
norte a sur; en el que destaca la formidable torre rematada por el
cuerpo octogonal que contiene su bóveda.
A la vista de
su plano, se comprende que se trata de una iglesia de una nave, con planta
de cruz latina; acabada en un ábside central que destaca al exterior;
y con sendos absidiolas en cada uno de los brazos de la cruz, que al exterior,
aparentan contrafuertes.
Sobre el crucero,
en el sitio donde habitualmente se eleva la linterna y la bóveda
del las iglesias románicas, se construyó una cámara
cuadrangular, que se cierra con bóveda de media esfera, a través
del consabido paso del cuadrado al octógono mediante trompas. Se
desconoce la función de esta cámara, que se adosa por su
lado sur a la torre, con la que comunica. Es una estructura que no se repite
en ninguna otra de las construcciones románicas conocidas..
La portada occidental
se conforma mediante cuatro archivoltas, dos de baquetón, otra plana
y otra de nacela adornada con bezantes. Las baquetonadas apean a través
de capitel y columna.
En el tímpano,
un remedo del magnífico tímpano de Jaca, con dos toscos leones
a los lados de un crismón trinitario "desordenado".
Bajo el león
derecho se esculpió una margarita, al igual que las existentes en
el crismón de Jaca; esta vez, con buena mano.
Sta. María de Serós |
Vista lateral |
Cámara abovedada |
Portada |
A poco más
de un tiro de piedra de este monasterio está la ermita de San Caprasio.
La iglesia de
San Caprasio, es el edificio lombardo situado más al oeste de todo
Aragón. Data de tiempos de Sancho el Mayor (1020 - 1030).
La torre que se
eleva sobre el presbiterio y parte del primer tramo de la nave, es un añadido
posterior, del XII, sin acceso alguno al interior; por lo que la subida
a la misma, me temo, se realizará con escaleras móviles.
Su fábrica
es a base de sillarejo desbastado a maza con técnicas típicamente
lombardas.
Tiene planta
de nave única dividida en dos tramos; un corto presbiterio
con arco ciego a cada lado, y ábside con una hornacina en cada lado
y tres ventanas con grandes derramas interiores.
Al exterior,
la decoración es típica lombarda; con una serie de arquillos
ciegos que recorren su perímetro y que apean alternando en lesenas,
creando bellos efectos de claroscuro según la iluminación.
En el ábside,
los arquillos ciegos, también por parejas y apeando alternativamente
en lesenas, son de tamaño desigual, más grande los que cobijan
ventanales. La puerta de acceso, descentrada al sur, en el hastial occidental,
elimina un par de arquillos ciegos en el mismo. Es de medio punto, adintelada
al interior.
San Caprasio |
Interior |
Aquí en Santa Cruz de la Serós decidimos comer y buscamos la Hospedería como lugar lógico. Mala, malísima elección. Es preferible un bocadillo y una botella de agua en cualquier parque que una comida en este lugar. La instalación penosa (mesas corridas para más de 20 comensales). El servicio pésimo, malcarado; acorde con la instalación, el ruido y otros menesteres. La comida, de eso mejor no hablar. Una sopa de cocido, clásica, pues mal hecha. Lo único que tenía aspecto pasable eran algunas carnes. Por favor abstenerse de comer en este lugar. Programen el recorrido con parada y fonda en Jaca.
SAN JUAN DE LA PEÑA
Siguiendo los
indicadores llegaremos a uno de los monasterios más afamados del
Camino de Santiago: San Juan de la Peña.
Es un caso de
monasterio paralelo al de San Millán de la Cogolla, aun cuando los
mozárabes que construyeron el primero estaban más
cercanos de lo musulmán, mientras que los pinatenses tenían
sus raíces en lo visigodo de la meseta.
Su presencia
por estas montañas se inicia poco después de la invasión
musulmana, cuando construyen el castillo de Pano, destruido en 734.
En el siglo IX
empiezan a frecuentar estas soledades ciertos eremitas (leyendas posteriores
les atribuyen los nombres de Jun, Voto, Félix, Benedicto,
Marcelo...) que van construyendo un complejo monacal dentro de este gran
abrigo rocoso.
Su despegue se
inicia hacia 858 cuando García Jiménez, Rey de Pamplona y
Galindo, conde de Aragón comienzan a favorecer al entonces llamado
Monasterio de San Juan Bautista, y el primero se hace enterrar en el.
En 959 el Rey
García Sánchez concedió a los monjes derecho de jurisdicción,
y Sancho II, García y su hijo, Sancho el Mayor, continuaron esta
política de protección.
Con la independencia
de Aragón se convirtió en foco de las reformas cluniacense
y litúrgica, así como panteón de sus reyes y nobles.
En cambio, la
unión de Aragón y Cataluña, le restó protagonismo;
así como los devastadores incendios de 1494 y 1675. A raíz del último,
de la construcción del Monasterio Nuevo, la invasión napoleónica
y la desamortización, su ocaso fue casi total. (Tomado de Cayetano
Enriquez de Salamanca).
Vayamos a un
recorrido por estancias.
SALA DEL CONCILIO
Estancia construida
en tiempo de Sancho el Mayor, a la par que la prolongación de la
iglesia inferior.
Se denomina "sala
del Concilio", por suponer que se celebró en ella un falso Conciio
en tiempo de Ramiro I (1057).
En realidad era
el dormitorio de los monjes, reconstruido en el S XI.
En principio
se cubrió con madera, sustituida por bóveda de piedra a finales
del XI; aunque las actuales bóvedas son del XV, posteriores al incendio.
Excavados en
la roca hay gran número de sepulcros antropomorfos pertenecientes
a los monjes.
Los abades se
enterraban bajo el pavimento.
San Juan de la Peña |
Sala del Concilio |
IGLESIA INFERIOR DE LOS SANTOS JULIÁN Y BASILISA.-
Consta esta iglesia
inferior, de dos naves con cabecera plana, orientadas hacia el SE y dedicadas
a San Jun y a los Santos Julián y Basilisa respectivamente.
La orientación
absidal de esta iglesia, al igual que la de la anterior, no es la canónica;
y viene obligado por la dirección del abrigo rocoso .La cabecera
de la misma y parte del costado derecho están directamente excavados
en la roca.
Su fundación
data del año 920. Los arcos geminados de herradura que separan las
naves, apoyan en una columna de tipo asturicense
PANTEÓN DE NOBLES - TUMBAS REALES.-
En esencia, las iglesias románicas no sino mausoleos. Verdaderos edificios funerarios que se fundamentan sobre restos de personas reconocidas como santos.
Aparte de las
reliquias del santo, se van sumando enterramientos de religiosos, nobles
o miembros de la extendida clase del "pueblo llano y soberano", convirtiéndose
en verdaderos depósitos de osamentas.
En las iglesias
románicas, a poco que se indague, aparecen enterramientos por doquier:
en las criptas, bajo los pavimentos, dentro de los muros... y por supuesto
en los cementerios situados bajo su protección .
Parece haber
una creencia en asegurarse el más allá cuanto más
acá del lugar mágico -que es la iglesia- se consigan situar
los despojos del creyente.
Gracias a ello,
contamos con un buen número de enterramientos por encargo de nobles,
que compran el pasaporte al más allá en clase preferente,
a base de mejorar los templos o enriquecerlos con magníficas pinturas
funerarias bajo arcosolios, como en Foces (Ibieca).
Asimismo, los
claustros y los muros de las iglesias son un lugar idóneo para instalar
laudas funerarias, que a la vez que recuerdan lo efímero del paso
por la vida, sirven de acicate al observador para elevar preces por el
titular. Si en la inscripción figura la fecha, es un dato excelente
para datar la obra.
Escalera de acceso
al nivel superior, construida en tiempos de Sancho Ramírez. Una lápida
recuerda:
"Don Pedro de
Setzera, abad de este lugar, mandó construir esta escalera de piedra
en 1301. Y tu fiel quienquiera que seas que subes y bajas por esta escalera,
ruega por él y di devotamente un Padre Nuestro y Ave María
con Réquiem Eternam"
A través
de ella se accede al panteón de nobles, en la terraza superior,
en el que hay dos filas de enterramientos orladas con ajedrezado jaqués,
y tímpanos, algunos de muy bella factura.
En el muro, buen
número de laudas funerarias, y la lápida del enterramiento
del Conde de Aranda, D. Pedro Abarca de Bolea, natural de Siétamo;
Capitán General de los Ejércitos con Carlos III, cuyos restos se
trasladaron a Madrid en 1798. Fue el último noble que aquí
se inhumó.
Tras este muro,
se sitúa el panteón real, con acceso por el lado izquierdo de la
iglesia superior.
Tumbas reales y de los nobles |
Detalle de una tumba |
IGLESIA SUPERIOR.-
Situada superpuesta
a la iglesia mozárabe, con sus ábsides románicos construidos
directamente bajo la roca, que forma la bóveda del primer ramo de
la nave. El acceso se efectúa desde la terraza del panteón
de nobles, a través de una doble puerta geminada.
La iglesia románica,
fue edificada por mandato del rey Sancho Ramírez y se consagró
en 1094, reinando ya su hijo Pedro I.
De esa fase se
conserva en el Museo Diocesano de Jaca una pequeña arqueta de reliquias.
Con anterioridad,
en 1049, en tiempo de Sancho el Mayor de Navarra, se había consagrado
en templo, quedando de entonces el muro de la epístola (el que linda
con el claustro) que conserva un tosco y gastado ajedrezado, previo a lo
jaqués.
La bóveda
del primer tramo de la nave, es la propia peña que cobija al monasterio.
A continuación, algo más estrecha, el resto de la
nave, con sus reconstruidos tres tramos, que data en origen de la consagración
de 1049.
La cabecera de
la iglesia románica está constituida por tres ábsides
con tambor cilíndrico decorados con arquería ciega que apea
en podio corrido mediante columnas coronadas por sendos capiteles de decoración
geométrica. Por encima de la arquería, y delimitando el paramento
vertical de las bóvedas de cuarto de esfera, corre una imposta ajedrezada.
Por delante de
ellos, sendos presbiterios cubiertos con bóveda de medio cañón,
a un nivel de una hilda más alto que los ábsides, dando la
sensación de haber arco triunfal. Los presbiterios se comunican
entre si mediante dos vanos rematados por arcos de medio punto.
Cerrando el conjunto,
un frontal apeado en dos grupos de cuatro columnas mediales y una simple
a cada lado, que sustentan arcos fajones sobre los que corre una moldura
abocelada y otra de ajedrezado jaqués continua.
El altar central
está dedicado a San Jun y los laterales a San Miguel y San
Clemente.
Altar iglesia superior |
Cabecera Iglesia Superior |
CLAUSTRO.-
Es sin duda la
pieza más emblemática del monasterio. Se cobija directamente
bajo la roca que le sirve de resguardo; y en su tiempo (data del XII) estaba
cerrado hacia el norte, mediante un muro que ha dejado su impronta en el
muro de la iglesia superior. Hoy, con el citado muro caído; la arquería
del claustro se puede contemplar desde el exterior.
La arquería
del claustro, se eleva sobre podio de piedra de las cercanas canteras de
Botaya. Las medidas del rectángulo son de 16 x 10 m. Sobre las arquivoltas,
una imposta corrida de ajedrezado jaqués recorre la estructura.
Claustro |
Claustro |
CAPITELES DEL CLAUSTRO.-
A mediados del
siglo XII, trabajó en la región un escultor de acusada personalidad,
a quien se reconoce con facilidad por la peculiar labra de sus obras. Son
destacables los enormes ojos almendrados, como de insecto, la expresividad,
el delicado acabado de los vestidos de los personajes...estamos hablando
del MAESTRO DE AGÜERO; por ser en la preciosa ermita de Santiago de
Agüero donde están sus primeras obras. El tímpano que
representa la Epifanía, es emblemático. Se repitió
en El Frago y en Biota; pero sin alcanzar la perfección del primero.
También
se le ha denominado "Maestro de San Jun de la Peña", "Maestro
de San Pedro el Viejo"...
Además
de los sitios indicados; en Ejea, Uncastillo, Sangüesa, se puede reconocer
obra suya. Son típicas sus "bailarinas" en forzadas contorsiones,
las fieras devorando corderos, el estilo de sus portadas, con tímpano
descansando en ménsulas decoradas con fieras sujetando personajes
por los pies (solo por un pie si son masculinos, y por los dos si son femeninos)
mientras estos clavan armas en su cabeza.
En el claustro
de San Jun de la Peña, se estima que trabajó entre
1145 y 1175; labrando una serie de capiteles en piedra rojiza, que son
un verdadero lujo para la vista.
Capitel del claustro |
Capitel del Claustro |
BAGÜÉS
Deshacemos el
camino hacia la N-240 y al llegar a Puente de la Reina tomamos la A-132
dirección a Huesca. Cerca un desvío a la derecha nos introduce
ya en la provincia de Zaragoza y a unos 14 kilómetros encontramos
un pueblo denominado Bagués y una iglesia de los siglos XI consagrada
a San Julián y Santa Basilisa de estilo lombardo.
Esta iglesia
es la muestra más occidental del arte románico lombardo.
El templo datable
en el XI, consta de una sola nave acabada en ábside de tambor; a
la que con posterioridad se añadió una segunda nave con su
absidiola, adosada al muro sur; en el cual se practicaron dos grandes vanos
de medio punto para comunicarlas.
Al exterior,
el ábside presenta decoración de arquillos ciegos apeados
en ménsulas. Dos lesenas mediales y otras dos marginales organizan
el tambor absidal en tres lienzos; con ritmo 3-3-3 de sus arquillos. Un
amplio ventanal centra el lienzo medio.
La arquería
y las lesenas se prolongan a lo largo del muro norte, estructurado en cuatro
paños. Las ménsulas están en su mayor parte decoradas
con rollos o figuritas.
El presbiterio
se marca al exterior con claridad; correspondiéndole dos arquillos
lombardos.
Entre el friso
de arquillos lombardos y la cornisa, corre por la nave una moldura de ajedrezado
jaqués.
San Julián y Santa Basilisa de Bagüés |
Detalle del ábside |
SANTA MARÍA
Deshacemos los
14 kilómetros y seguimos por la A-132. Al final del pantano de la
Peña encontramos la localidad de Santa María y allí
una iglesia restaurada datada en el siglo XII. Vale la pena detenerse.
Al poco de cruzar
el pantano de la Peña, y tomando el desvío hacia San Jun
de la Peña, por Bernués, en una pequeña elevación,
se sitúa el caserío de Santa María de la Peña.
Su iglesia dedicada
a San Sebastián originalmente románica, conserva de esa época
su cabecera y torre que son datables en el XII. El resto es de época
posterior.
Sobre la puerta
de entrada al templo se ubica un crismón trinitario, procedente
de una construcción anterior. Su decoración de bezantes en
la orla circular del mismo, así como el estilo general, me evoca
-en sencillo- al existente en Binacua.
Iglesia de San Sebastián (Santa María) |
Ábside de cabecera |
Continuamos por
la A-132 hasta Ayerbe tomamos un desvío hacia Loarre y Bolea donde
pernoctaremos.
La cena en la
misma A-132 en Plasencia del Monte. Restaurante El Cobertizo. Buena instalación,
buen servicio. Menú ajustado y de gran calidad. Por ejemplo un solomillo
de cerdo ibérico a la mostaza a unos 13 € con vino incluido.
Buena relación calidad-precio.
Dormir en Casa
O'Majo. Casa Rural situada en Bolea. La instalación excelente. Comparable
a una habitación de hotel. Precio 26 € la doble. Vale la pena
pernoctar allí.